Gran parte del éxito de las empresas radica en su personal. ¿Cómo puede lograr que los profesionales de su equipo brinden lo mejor en el trabajo? Sandra Alfaro, coach y directora de la Escuela Nanka, explica que muchas veces la falta de motivación e interés en el trabajo se debe a que el empleado no está desempeñando labores que lo motiven.
“Realizamos un estudio y notamos que existe una brecha entre colegio y universidad. Una gran mayoría de personas en nuestro país termina el colegio sin ser consciente del talento que poseen y pueden desarrollar. Eligen carreras basados en factores económicos y no en lo que les inspira y apasiona”, señala Alfaro.
El resultado es que el desempeño que estas personas tienen en sus organizaciones no es de un óptimo nivel. Es muy difícil que alguien destaque, sobretodo a largo plazo, haciendo algo que no le gusta.
La especialista brinda tres indicadores para reconocer si nosotros (o uno de nuestros colaboradores) está atrapado en una profesión que no corresponde con sus motivaciones personales:
- 1. Doble personalidad: La persona actúa de cierta manera en el trabajo y es completamente diferente fuera de él. Esto es un indicativo de que la persona busca llenar un molde, o representar algo que no es.
- 2. Prolongados periodos de estrés: Las actividades que no brotan naturalmente de nuestro ser, se desarrollan con un sobreesfuerzo. Al forzar el cerebro a funcionar en situaciones que no encontramos placenteras, llega un punto en que obstruimos los procesos naturales y cada tarea nos cuesta más trabajo, lo que genera ansiedad. Por eso es importante que nuestro trabajo esté relacionado con algo que nos apasiona.
- 3. Tener al dinero como única motivación. Si sólo lo motiva el depósito a fin de mes y no disfruta del proceso, debe considerar cambiar de trabajo. El empleo debe ser una fuente de desarrollo personal, no sólo económico.
A este tipo de trabajadores es difícil motivarlos a dar más de sí, ya que sus propósitos probablemente no estén alineados con los de la organización. Lo que recomienda la especialista en estos casos es una reorientación de sus carreras, de modo que puedan encontrar y explotar sus verdaderos talentos. La ayuda de un coach puede facilitar mucho la transición.
Crisis de liderazgo
Otro aspecto que puede menguar la productividad de nuestros colaboradores es tenerlos bajo el mando de un jefe que carezca de las cualidades adecuadas. Ocurre que a pesar de contar con los títulos y la experiencia requeridos, algunos directivos no logran sacar lo mejor de su equipo.
“Uno de los principales puntos débiles en las empresas peruanas es la falta de liderazgo. Algunos jefes mantienen creencias como: no le voy a enseñar a mis colaboradores porque entonces me va a superar. Otro error común es que quienes lideran creen que lo saben todo y desarrollan una actitud ególatra,” remarca.
En contraste, Alfaro señala que un buen líder genera sinergia y conexión con el grupo. Para esto es importante que desarrolle cualidades como la humildad, la capacidad de comunicación y de síntesis. La elección de un verdadero líder para dirigir un equipo o área es vital para el logro de los objetivos de la empresa.
Congreso Internacional de Coaching
Tanto para lidiar con crisis profesionales personales, como para tratar una problemática organizacional, el coaching resulta una herramienta útil. A nivel de empresa, los principales temas por los que se recurren a asesoría en gestión de talento son: desarrollo de habilidades blandas, lograr un exitoso proceso de selección de personal, motivar a un equipo (ventas, resolución de conflictos), entre otros.
Si desea ampliar en el tema, entre el 7 y 8 de octubre se lleva a cabo en Lima el VIII Congreso Internacional de Coaching “Talento, Innovación y Propósito”, que reúne a expertos en desarrollo humano de más de 13 países. Puede hallar más información en el portal del evento.