Si bien enfrentar una crisis personal no es sencillo, existen varias maneras de aprender a lidiar con ella, y así evitar que el desempeño laboral resulte afectado. El ejercicio de un alto grado de autocontrol emocional es la clave para un buen liderazgo y, de hecho, para el éxito profesional en general.
Dígale a su empleador y/o jefe:
La mayoría de las crisis personales ocupan tiempo y energía, y ello -inevitablemente- tendrá un impacto en su trabajo, sostiene Marjie Terry, de Great on the Job. Cuando sienta que, debido a sus problemas familiares, su trabajo se está viendo afectado, debe comunicarse con su jefe o empleador para ponerlo al tanto sobre el complicado momento que está atravesando, sin embargo, evite profundizar en detalles.
No comparta mucho ni poco:
Cuando se ve en la necesidad de compartir información respecto a sus problemas, limítese a comunicar cuestiones básicas. A medida que deje al descubierto sus vulnerabilidades, se expone a que su conducta sea malinterpretada. La crisis personal es, a menudo, vista como una debilidad, mas no como un motivo para salir fortalecido. No es buena idea idea compartir las preocupaciones financieras al interior de la familia, los problemas legales, tampoco dar a conocer las dificultades de un ser querido en cuanto al abuso de sustancias prohibidas. Recuerde que este tipo de cuestiones personales aún son estigmatizadas con demasiada frecuencia por los empresarios.
Comuníquese con sus compañeros de trabajo y clientes:
Limítese a contar sus problemas personales solamente a los compañeros de trabajo que conozca bien y con quienes tenga un vínculo de confianza, dice la especialista Deborah Shane. La también conferencista sostiene que contar con un pequeño equipo de apoyo en el trabajo es muy útil en tiempos de crisis, aunque siempre debe tener en cuenta que algunas personas pueden traicionar su confianza.
En cuanto a los clientes, por lo general, no es necesario que estén al tanto de su crisis personal. Excepto, que usted tenga una relación estrecha con el cliente, la cual se podría ver -evidentemente- afectada a causa de una eventual ausencia suya, producto del tiempo que demande la resolución de determinados inconvenientes familiares. Sin embargo, los demás miembros de un equipo de trabajo deben ser capaces de cubrir sus funciones, así no le dará a su cliente un motivo para que esté preocupado.
Mantenga una actitud positiva y sus emociones bajo control:
Shane recomienda mantener su aplomo, actitud positiva y actuar de la mejor manera posible todos los días. Trate de mantener sus emociones bajo control, agrega Nancy Collamer, de MyLifestyleCareer.com. Cuando se encuentre más calmado frente a su situación y haya logrado reflexionar en torno a ella, converse con su empleador.
Tómese un tiempo libre:
El trabajo puede proporcionarle una distracción muy necesaria ante su crisis personal. Si no puede concentrarse en el trabajo debido a que dicho problema es demasiado abrumador emocionalmente o considera que -en realidad- necesita dedicarle tiempo y atención con el objetivo de hallar alguna solución, entonces tómese un tiempo libre, asegura Maggie Mistal, consultor profesional. Gracias a esta decisión, sus colegas sabrán en qué medida acudir a usted con fines laborales.
Utilice los recursos disponibles:
Busque cuáles son los recursos disponibles para hallar alternativas de solución. Probablemente, la compañía para la que labora ofrece planes de asesoramiento, tratamiento o servicios de atención que pueden serle útiles. Asimismo, sea razonable sobre lo que su empleador puede y no puede hacer por usted, precisa Collamer.
Conozca sus límites:
Sea discreto. Las conversaciones acerca de su vida personal deben llevarse a cabo a puertas cerradas. Procure programar las citas relacionadas con la crisis fuera del trabajo. Según Shane, intente dedicarse a la información relacionada con la crisis durante su hora de almuerzo o después del trabajo, a menos que sea una emergencia.
Haga tu trabajo:
Quizá no sea suficiente cumplir con sus horarios, es decir, a pesar de su crisis personal, debe preocuparse por hacer un mejor trabajo -en lo posible-, ser un buen jugador de equipo, precisa Shane.
Sea respetuoso:
Sea respetuoso en cuanto al apoyo que le pueda ofrecer su empleador, compañeros de trabajo y mejores amigos. Esfuércese por centrarse en su trabajo durante sus horarios de oficina y sea lo suficientemente sensible como para no sobrepasar los límites respecto al respaldo recibido. Recuerde que por muy dura que sea su situación, todos tienen dificultades y retos personales.
Sea agradecido:
Una vez que pase la crisis, no se olvide de expresar su gratitud, recuerda Collamer. No tiene por qué ser un gran gesto, algo tan simple como escribir una nota de agradecimiento puede ser algo muy significativo.