(Bloomberg).- Valoraciones, expectativas de beneficios, pagos de dividendos – cada inversor tiene una razón preferida para comprar una acción. Morgan Stanley dice que puede añadir una más: la diversidad corporativa.
Eso es a partir de un estudio que encabezó el estratega jefe de acciones del banco, Adam Parker, que analiza la rentabilidad de las empresas mejor calificadas de acuerdo a una serie de cualidades que miden la diversidad de género dentro de las corporaciones. Estas abarcan desde las políticas de las guarderías infantiles a la representación de las mujeres que se desempeñan en cargos ejecutivos.
Los hallazgos: las empresas estadounidenses y europeas con las políticas más generosas no solo ofrecieron rendimientos un poco más altos en el mercado de valores, sino que lo hicieron con una menor volatilidad. Las acciones de Norteamérica de más alto rango han superado a las más bajas en un 2.3% sobre una base mensual anualizada durante los últimos cinco años, y si se ajusta de acuerdo a la volatilidad, la ventaja es aún mayor.
“Siempre ha sido algo bueno tenerla, pero esto muestra que no solo es algo bueno, de hecho hace que la inversión sea mejor”, dijo Parker en una entrevista en las oficinas del banco en Nueva York. “Ahora tenemos la evidencia empírica de que la diversidad de género es positiva para el desempeño”.
Al utilizar un medidor de volatilidad llamado ratio de información – una métrica diseñada para conocer los ingresos atribuibles a los catalizadores más allá de las fluctuaciones habituales del mercado – el equipo de Parker descubrió que las compañías con diversidad de género no oscilan en forma tan extrema como sus pares. La desviación estándar de sus rendimientos relativos mensuales se encuentra en un 2,1 por ciento desde el año 2011, frente al 3,6 por ciento que registra el grupo menos diverso.
El estudio del banco se suma a un creciente organismo de investigación que sugiere que la diversidad de género en las empresas no solo es requerida por un mayor número de inversores, sino que también puede ayudar a mejorar los rendimientos.
En septiembre, un estudio realizado por el Instituto Peterson para la Economía Internacional y EY reveló que las compañías que cuentan con al menos un 30 por ciento de mujeres en cargos de liderazgo podrían aumentar los márgenes de beneficio alrededor de un 15 por ciento frente a aquellas que no cuentan con líderes femeninos. Al mismo tiempo, las estrategias de inversión basadas en torno a las compañías socialmente progresistas se están haciendo más comunes.
Morgan Stanley utilizó cinco criterios para evaluar la diversidad de cerca de 1.600 empresas distintas en todo el mundo: el porcentaje de mujeres empleadas tanto a nivel general como en los llamados “altos cargos” ejecutivos, las diferencias salariales entre hombres y mujeres, las políticas que abordan los temas de diversidad y el tipo de programas que mejoran la vida fuera del trabajo, tales como las licencias por maternidad.