No es pecado reconocer el esfuerzo de su jefe. Según Jacquelyn Smith, colaboradora de Forbes, es importante hacerlo en base a razones adecuadas, sin buscar algún beneficio personal y, sobre todo, de manera auténtica.
Dé credito a quien lo merece.
Si un proyecto ha ido bien, y usted cree que su jefe ha sido un gran líder para el equipo, a continuación, sea generoso con sus elogios, sin embargo, no cometa excesos. De igual manera, reconozca la labor de sus colegas cuando sea necesario.
Informe.
Muchos gerentes no pueden mantenerse al día con los acontecimientos actuales de la oficina. Bríndele información útil, noticias relacionadas íntegramente con el negocio, y los proyectos.
Cuestione.
No todos los miembros de un equipo siempre están de acuerdo con su superior. Cuando -en base a su propia experiencia y conocimientos- usted considere abordar un problema de una forma distinta a la propuesta por su jefe, no dude en comentárselo. Desafíelo, pero de manera diplomática y, si es necesario, a puertas cerradas. Exponga su punto de vista y exprese sólidos argumentos.
Diga la verdad.
Sea genuino en sus elogios, canalice adecuadamente sus palabras cuando no está de acuerdo con una posición. No exprese admiración hacia su superior en aspectos ajenos al negocio. Cuando dichos asuntos tengan que ver con la empresa, no se exceda, sea preciso y puntual. No busque ganarse la desconfianza de sus colegas.
Sea sencillo.
No peque de soberbio al momento de enumerar sus esfuerzos individuales en algún proyecto en particular. Resalte el trabajo del equipo en conjunto. Cuando su jefe le consulte sobre cómo marcha un determinado asunto, no se exprese mal de sus compañeros, aunque tenga razones suficientes para hacerlo. Si ese es el caso, entonces proponga una reunión.