La nostalgia de regresar a la escuela suele ser agradable, pero cuando la oficina se vuelve escenario del acoso más infantil, la imagen no es tan bonita.
El bullying laboral o mobbing es una realidad que afecta hasta al 15% de trabajadores peruanos, explicó a Gestion.pe César Rovegno, docente de Postgrado de la Universidad del Pacífico.
El mobbing es bastante similar al bullying escolar, solo que ahora los protagonistas son adultos y en lugar de un salón de clase, sucede en la oficina de la empresa.
Esta situación acarrea un manojo de problemas. En primer lugar, afecta psicológicamente al agredido y genera mucha tensión en el clima laboral.
“La persona afectada pierde la autovaloración, autoestima, la visión a mediano palzo. No tiene claro cuál es su situación dentro de la empresa”, apuntó Rovegno.
Pero el disgusto no termina cuando marca la tarjeta de salida. En casa, el estrés puede trasladarse a la pareja, familia y a su propia salud, añadió el experto.
Centro de acoso
La compañía también sufre un daño importante cuando se presenta una situación de este tipo en el centro de trabajo.
“Hay una relación directa entre clima, buenas relaciones y resultados”, acotó Rovegno. En pocas palabras, la empresa pierde dinero por el mobbing.
El bullying laboral tiene la particularidad de aparecer en cualquier nivel jerárquico. Da igual si es un gerente o un conserje, el problema se repite.
No obstante, en algunos rubros laborales es más común observar este tipo de conductas. Ventas o producción en alguna fábrica, por ejemplo.
“El bullying laboral es más frecuente cuando hay un tema de competencia”, explicó. Incluso las metas y premios que plantea la empresa para estimular la productividad de sus colaboradores, pueden terminar generando más casos de mobbing.
Por fortuna. Rovegno también planteó algunas soluciones que se pueden ejecutar desde la administración y el área de Recursos Humanos. Los tips, en el vídeo.