El Índice Big Mac se basa en la teoría de la paridad del poder de compra (PPC), es decir, en el largo plazo los tipos de cambio deben ir hacia un nivel que iguale los precios de una cesta idéntica de bienes y servicios (en este caso, una hamburguesa) en los dos países.
Por ejemplo, el precio promedio de un Big Mac en Estados Unidos en enero del 2015 fue de US$ 4.79 mientras que en el Perú fue sólo de US$ 3.33 al tipo de cambio de mercado. Así, el índice Big Mac nos dice que el sol peruano estaba “subvaluado” en un 30% en ese momento.
El “Burgernomics” nunca fue pensado como un indicador preciso de desalineamiento de las monedas. Es más bien una herramienta para que la teoría de tipos de cambio sea más digerible.
Sin embargo, el Índice Big Mac se ha convertido en un estándar global, incluido en varios libros de texto económicos y objeto de al menos 20 estudios académicos. Para aquellos que toman su comida rápida más en serio, The Economist también ha calculado una versión gourmet del índice.
Este índice ajustado aborda la crítica que, se puede esperar que en promedio las hamburguesas sean más baratas en los países pobres que en los ricos porque los costos laborales son más bajos.
La teoría PPC señala hacia donde deberían estar dirigiéndose los tipos de cambio en el largo plazo, en un país como el Perú que se hace cada vez más rico, pero dice poco acerca del tipo de cambio de equilibrio de hoy.
La relación entre los precios y el Producto Bruto Interno (PBI) per cápita puede ser un mejor indicador sobre el tipo de cambio correcto de una moneda en la actualidad.
El índice ajustado utiliza la “línea de mejor ajuste” entre los precios del Big Mac y el PBI per cápita de 48 países (más la Eurozona).
La diferencia entre el precio previsto por la línea roja para cada país, dado su ingreso per cápita, y su precio vigente da una medida de sub y/o sobre valuación de la moneda.