La industria láctea sigue en el ojo de la tormenta, mientras que el consumidor está más atento a los productos terminados que le expenden los supermercados, tiendas y mercados, influenciado por las muchas preguntas que se hacen sobre el contenido de los mismos.
Y en medio de esta coyuntura, empieza a voltear la mirada hacia la leche fresca. Si bien ya se ha dicho que su producción local es escasa para poder abastecer al mercado, lo importante es que existe potencial en el mercado para poder generar mayor producción.
Según la Dirección General de Ganadería del Ministerio de Agricultura, en el país hay 18 millones de hectáreas (ha) de pastos naturales para promover la actividad ganadera. De las cuales entre 8 y 9 millones de ha pueden sembrarse con pastos cultivados para la lechería.
Para lograrlo, José Alberto Barrón, su director, precisó que este proceso, como parte del plan de desarrollo ganadero, lo aplicarán en un inicio sobre 25 mil ha y de ahí a 150 mil ha hacia el 2021, y continuar con ese ritmo en los próximos años.
“Con este plan de desarrollo ganadero lo que estimamos es que para el 2021 ya se incremente el consumo per cápita de leche a 120 litros por año (hoy es de 72)”, comentó.
Consultado sobre la inversión que se demanda para cubrir estas hectáreas planificadas, Barrón comentó que es mínima frente a lo que implicará el aumento de la producción de leche.
“Solo en junio hemos importado 106 millones de litros de leche en polvo. Es un déficit alto el que tenemos”, señaló el funcionario, al tiempo de indicar que una vaca en Lima produce 31 litros por día, pero a nivel nacional el promedio es de 6.5 litros por vaca.
El fuerte de la importación
Y es que la importación de leche en polvo ha sido el aliado para la producción de la industria láctea.
Así, en un mercado donde se identifican cuatro empresas, como son Gloria S.A – con más del 80% del mercado lácteo-, seguida de Laive, Nestlé y P&D Andina, las tres primeras son las importadoras de leche en polvo, un producto que, tal cual, tiene una demanda en el mercado de menos de 3%.
De la importación total, el 80% le corresponde a Gloria, y lo restante a Laive y Nestlé.
En el caso de P&D Andina, que tiene en su portafolio a Colmena, Vigor y Danlac, estas tres marcas son pasteurizadas, y ninguna mezcla. “En sí es leche fresca”, dice Javier Valera, director de la Asociación de Ganaderos Lecheros del Perú (Agalep).
En el caso de Gloria, su producción diaria es de 2 millones 600 mil litros de leche ( 75% es de leche evaporada), seguida de Laive con 300 mil litros, Nestlé con 240 mil y P&D Andina con 40 mil.