LUIS FERNANDO ALEGRÍA
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Ahora Perú tiene una calificación crediticia en el rango B. ¿Cuál es la diferencia con la escala A?
Las diferencias son, más que nada, cualitativas. Si uno ve el perfil de un país como Perú, los números son muy robustos en cualquier ámbito: sociales, económicos, externos.
Sin embargo, hay deficiencias cualitativas, como el nivel de educación, ingresos de la población en general o falta de presencia del Estado al interior del país. Estos aspectos están presentes en los países con calificación A, en distintos grados, pero existen; mientras en el Perú se están desarrollando. Esa es la limitante: el tema institucional, de gobernabilidad, derecho de Estado.
Chile tiene una calificación Aa3, que son cinco peldaños arriba del Baa2 peruano. ¿Qué tanto nos falta para llegar a ese nivel?
Llegar a la categoría Aa sí parece bastante lejano en este momento. Ahí hay niveles de ingresos mucho más altos para la población, niveles de deuda bastante más bajos como en el caso de Chile.
Además, es tener un ahorro fiscal fuertemente grande y el tema de la institucionalidad: no solo en temas de competitividad o servicio civil, sino un paso más allá, como una reforma de educación, mejorar la infraestructura, dar más espacio para que la economía crezca, tener un consenso social sobre la estabilidad del modelo, etc. Todas estas cosas ya existen en Chile, mientras que en el Perú todavía se están desarrollando.
El mes pasado elevaron la calificación de México hasta A3. ¿Qué pasó en su caso?
En ellos, lo que vimos fue un cambio abrupto en el perfil crediticio del país: algo que no se hacía antes, que era hacer reformas estructurales bien fuertes. Ahora parece que lo han cambiado. Consideramos ese tipo de cosas que ha hecho México como un ‘game-changer’, algo que cambia el juego. Está haciendo frente a una debilidad característica del crédito.
¿Cuáles son las debilidades características del crédito peruano?
Una debilidad característica en el caso peruano es el tema institucional. El empuje que viene de ministros como Ghezzi y Castilla (ver nota vinculada) debe enfrentarse a cuellos de botella, como las deficiencias institucionales que limitan el potencial de adoptar esas reformas estructurales.
Por ejemplo, está el hecho de que no hay tanta cohesión social. Siempre existen trabas a estas mejoras en los distintos poderes del Gobierno; o todavía no hay consenso en lo que se quiere hacer para incentivar la inversión.
Eso es una deficiencia institucional que todavía está evolucionando, y las autoridades están buscando la forma de simplificar procesos, como el tema de la consulta previa. Todas esas medidas que ayudan a destapar estos cuellos de botella; que existen, son rígidos y no son fáciles de cambiar. Reformas en ese sentido son algo que sería necesario para poder ver el perfil crediticio de Perú en una calificación de A.
¿Y qué aspectos son los más destacables?
Perú está en una posición fiscal bien sólida, perspectivas de crecimiento positivas y el hecho de que el crédito soberano sigue con una buena trayectoria: los indicadores de deuda están cayendo. Todo esto son fortalezas que ya están en el perfil crediticio del Perú.
¿Qué podría pasar con el rating peruano en su próxima evaluación?
En este momento, considerando que la calificación tiene perspectiva positiva, hay dos opciones: cuando se revalúe la calificación, puede ser que se cambie a Baa1 o se mantenga. En cualquiera de los dos casos, igual se estaría un poquito lejos de la categoría A, que es el reto en Latinoamérica. Es raro que se den cambios de más de un peldaño en la calificación.
¿Bastará el empuje de estos ministros para subir más en el escalafón?
Las reformas que se están adoptando en este momento están dando una viada a la calificación. La viada está, pero todavía falta bastante para ver que se concreten estas reformas, se implementen y vengan más aún.
Por eso, llega en buen momento más capacidad técnica al Gobierno, que debe estar dispuesto a embarcarse en estas reformas que no son populares, pero que se tienen que hacer para mantener la competitividad. Otros países en la región también están adoptando estas reformas y uno no se quiere quedar rezagado.
EL DATO
Rezagados. México y Chile son los únicos países de la región con calificación A. Perú está a dos peldaños de este ‘club’, con un “moderado riesgo de crédito”. La deuda chilena, en tanto, tiene un “riesgo muy bajo”, pero con susceptibilidades a largo plazo.
EN CORTO
Posible mejora. Uruguay y Perú están en primera fila en la región para una posible alza en su calificación soberana, dijo el analista senior de Moody´s Investors Service, Mauro Leos en el marco de la reunión del BID. Destacó que es optimista sobre las políticas pro mercado y la sólida situación fiscal de la economía peruana.