Seguro y confiado. Así se mostró el ministro de Economía, Luis Miguel Castilla al afirmar que la actual desaceleración que vive la economía peruana no es más que un bache temporal, y que pronto será cosa del pasado.

¿La desaceleración es temporal o permanente?
Hay consenso que esta desaceleración es transitoria, y por lo tanto las políticas para estimular la demanda también tienen que serlo. Ahora bien, ¿cómo se está enfrentando el bache? Pues aplicando medidas que ataquen el corto plazo y otras que sostengan el crecimiento potencial a largo plazo.

Respecto a lo primero, el último decreto de urgencia promulgado y la Ley de Reactivación trata de inyectar por lo menos -en el lado de la demanda- un impulso adicional de 1.5 puntos del PBI. De otro lado, la medida sobre la CTS tiene un carácter temporal porque no queremos desvirtuar su concepto. Eso ayudará en 0.5 del PBI. Asimismo estamos apuntando a políticas de impulso fiscal a través del aumento de la inversión pública, la cual opera con rezagos.

Mejorando la ejecución de la inversión pública
Respecto a la inversión pública, nuestras proyecciones apuntan a un pico de 6.4% del PBI para este año, pero ello se está confrontando con la realidad ya que la mayor parte de esta inversión se encuentra a cargo de gobiernos locales y regionales que tienen ciertas dificultades en la ejecución, particularmente este año, por el congelamiento de sus cuentas y el famoso miedo a firmar.

Ahora, es claro que la ejecución del gasto o la inversión pública, no se resuelve con normas sino con gestión. En la parte normativa lo que estamos haciendo son cambios en la nueva Ley de Compras. Uno de ellos es que los actos preparatorios para una adquisición empiecen seis meses antes que el año fiscal. Ello evitará pérdidas de tiempo.

Confianza empresarial, a levantar vuelo
Desde el MEF esperamos que las medidas lanzadas incidan en la desconfianza de los agentes económicos, de tal manera que se genere una recuperación de las expectativas. Creo que la mejor demostración para los agentes económicos es que el gobierno explique mejor que en el pasado el contexto de desaceleración y lo que hará hacia adelante. Ahora, queremos que dicha explicación no sea un anuncio vacío sino que efectivamente se den acciones de corto plazo y esos famosos goles que tanto se pide. Creo que ello volverá a animar a los espíritus animales.

¿Una nueva forma de descentralizar?
Respecto al rol de los gobiernos regionales y los sistemas de control hay dos áreas de trabajo enormes a futuro. Una tiene que ver con la revisión, que se cae de madura, sobre cómo se maneja el país de manera descentralizada, siendo una república unitaria, pero dando servicios de calidad.

La segunda área a abordar es el Sistema Nacional de Control, el cual requiere un cambio importante para lograr la efectividad en los tres niveles de gobierno. Esto apunta a un fortalecimiento de la institucionalidad que va más allá de este sistema.

Cambios en lo laboral: limitaciones y apuestas
Creo que el diagnóstico está claro en aspectos sobre cómo propiciar el crecimiento de las empresas, cuáles son los factores que impiden esa transición y cómo evitar el enanismo. Aplicar estos cambios es complejo porque los derechos laborales y los compromisos supranacionales que el país ha llevado adelante limitan un poco el campo de acción. No obstante, hay grandes ejemplos, como la Ley Agrícola donde se ha avanzado mucho.

Futuro alentador y nuevos paquetes
Somos optimistas que en el segundo semestre del año la economía comenzará a acelerar su ritmo de crecimiento y sostendrá uno más alto. En ese sentido, el menor crecimiento que se está observando por estos días seguirá dándose hasta que haya un punto de inflexión con la entrada en ejecución de los proyectos mineros que se han retrasado pero además por muchos proyectos de inversión pública que también se ejecutarán.

A largo plazo debemos pensar que el país requiere un crecimiento alto para incrementar su nivel de ingreso per cápita. Esa es la única forma de generar empleo y reducir pobreza. El contexto actual definitivamente nos muestra que requerimos una nueva inyección de reformas que nos permitan sostener el crecimiento en los siguientes diez o 20 años para ser un país calificado como A. Ese es el reto que tenemos.

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EL DATO
Caso Moody´s. “Los analistas fueron con la recomendación de aumentar un escalafón, y fue el comité evaluador el que les dijo que eran dos escalafones”, así relató Castilla, la anécdota tras la elevación de nota al país.