(Bloomberg).- La presidenta de la Reserva Federal Janet Yellen se dirige hoy a Capital Hill por segundo día para debatir la política monetaria estadounidense con los legisladores estadounidenses.
En este momento, la Fed tiene tanto poder para determinar las tasas de interés en el mundo entero que lo mismo podría hacer sus comentarios a legisladores de Asia y Europa.
La economía global parece estar en “una unión monetaria con los Estados Unidos”, dijo a sus clientes ayer Athanasios Vamvakidis de Bank of America Corp.
Esto significa que hasta tanto la Fed mantenga las tasas de interés en suspenso, ningún otro banco central grande tiene el incentivo de ajustar su política por temor a hacer subir su moneda y los rendimientos de los bonos, minando así su competitividad.
En tanto Yellen expresa la voluntad de esperar para elevar las tasas de interés por primera vez desde 2006, ni el Banco Central Europeo ni el Banco del Japón muestran ninguna señal de revertir políticas de flexibilización sin precedente. Otros no dan indicios de ningún proyecto de elevar los costos de financiamiento en lo inmediato ni hablan mal de los tipos de cambio.
Semejante “tercerización de la política monetaria global” a los Estados Unidos lleva a Vamvakidis a predecir una continuación del crédito fácil en el mundo entero y, por ende, de la baja volatilidad en los mercados cambiarios.
Cada vez más inapropiadas
El riesgo es que los banqueros centrales están postergando su consideración de la inflación porque al ceñirse firmemente a la Fed la mayoría de sus políticas son actualmente “cada vez más inapropiadas”, según Vamvakidis, que preside la estrategia cambiaria para el Grupo de los 10 en Bank of America en Londres y trabajó anteriormente en el Fondo Monetario Internacional.
Sus cálculos demuestran que la diferencia entre las actuales tasas de referencia del G-10 y los patrones históricos es la más grande desde la recesión mundial de 2009. Sólo el BCE y el Banco de Nueva Zelanda están llevando adelante políticas más ajustadas que las sugeridas por una Regla de Taylor, un indicador académico de la política adecuada, en tanto la de Banco del Japón es la menos rigurosa.
Manteniendo las políticas más flexibles de lo que se debería, Bank of America observa que la variación de las tasas de inflación dentro del G-10 ya se incrementó.
“Aunque la inflación se mantenga baja, cuanto más se desvíen las políticas monetarias del G-10 de su postura apropiada, más rápido es posible que cambien cuando la Fed dé el primer paso, disparando más volatilidad”, dijo Vamvakidis.
“No estamos diciendo que eso está por ocurrir, pero advertimos que el entorno actual del mercado no es sostenible e instaríamos a los inversores a seguir los indicadores que señalen disparadores para introducir una corrección”.