El exministro de Energía y Minas, Carlos Herrera Descalzi, argumentó que desde el descubrimiento del gas de Camisea se han ido pasando una serie de incrementos a los costos de transmisión eléctrica, y si el nuevo Gasoducto Sur Peruano es financiado por todos los peruanos a través de las tarifas de luz, estaríamos pasando “del uso al abuso”.
Calculó que el nuevo proyecto costaría entre 3,500 y 4,000 millones de dólares, con lo que las tarifas de electricidad subirían entre 10% y 15% a través de la Garantía de Red Principal (GRP). De esta manera, desestimó los 1,800 millones de dólares de inversión y un alza de 4% en las tarifas de luz como anunció el ministro Jorge Merino. Dijo que los estimados del Gobierno se basan en papeles, cuando en la realidad siempre es diferente por cuestiones geográficas.
Aclaró que en el Gasoducto Andino del Sur, concesionado a Kuntur, era la empresa privada la que asumía este riesgo que ahora se pretende pasar a los peruanos.
“El sector eléctrico tiene tres costos: distribución, transmisión y generación. Antes de Camisea, la transmisión era sólo un 5%. Además, la transmisión es un costo regulado que le permite al Estado ponerlo por encima de cualquier contrato. Se ha hecho uso de eso. Una serie de costos se han ido pasando como costos de transmisión y transfiriéndoselos al consumidor eléctrico. Yo creo que del uso hemos pasado al abuso. Y lo que noto del proyecto es que se está poniendo como garante del proyecto al sector eléctrico”, advirtió.
“Una de las fortalezas del país es la energía barata, y yo creo que no deberíamos arriesgar eso”, sentenció.
Cabe recordar que los peruanos asumieron el riesgo del gasoducto de Camisea. Entonces, ¿por qué no repetir el esquema de la GRP? Herrera Descalzi desmitificó esta idea de que los consumidores pagaron el gasoducto del centro.
“La gente cree erróneamente que el consumidor pagó el gasoducto de Camisea, pero no fue así: lo pagaron las centrales hidroeléctricas”, dijo.
Explicó que el costo de generación eléctrica (el de mayor peso en la estructura de costos) pasó de venderse de precio de petróleo a precio de gas, y eso más que compensó la GRP que se le asignó a los peruanos. Al final, hubo una reducción de 20% en el costo final de las tarifas de luz.
“El que pagó fue el productor hidroeléctrico, porque la energía que él la vendía a precio de petróleo la tenía que vender a precio de gas. Entonces, con la GRP ganó el consumidor. Aquí es distinto (en el Gasoducto Sur Peruano): el consumidor no tiene nada que ganar”, afirmó.