Conforme va creciendo la economía, reducir la pobreza se va tornando cada vez más costosa. Esto se debe a que existen los llamados “núcleos de pobreza dura”, que son gente aislada -usualmente en el medio rural- que no cuentan con infraestructura y es muy complicado llegar a ellos, explicó el exviceministro de Economía, Carlos Casas, sobre el reciente reporte del INEI, donde se registra una reducción de la pobreza a 25.8% al 2012.

“Lo que tenemos es que estos pobladores pueden verse beneficiados del crecimiento económico, pero llegar a ellos es más costoso. En el sector rural, uno puede tener una persona sin educación, que no tiene activos y está aislada del circuito económico; con lo cual engancharla en actividades productivas es mucho más complicado que la gente que está mucho más “apta” para insertarse en actividades económicas. A eso se le llama los ‘núcleos de pobreza dura’”, sostuvo el catedrático de la Universidad del Pacífico.

Por el contrario, esta situación no se da en las ciudades: “Es más ‘barato’ reducir la pobreza en zonas urbanas porque tenemos conglomerados de personas a los que se puede acceder rápidamente, y el costo medio de dar la ayuda de los programas sociales es menor que en zonas rurales”.

El también catedrático de la Universidad del Pacífico argumentó que es por esta disparidad que, conforme crece la economía, combatir la pobreza se hace más difícil.

Sobre este último punto, Casas resaltó la acción del Gobierno para crear el Fondo para la Inclusión Económica (FONIE); que es una herramienta para proveer un paquete de servicios a las poblaciones rurales que incluye carreteras, energía, agua y telecomunicaciones. Estos cuatro servicios juntos buscan impulsar los ingresos de la población menos favorecida.

Factor estadístico
Sobre la medición de la pobreza monetaria por el lado del gasto, Casas consideró que “el indicador que tenemos es confiable, sin embargo puede estar sobrestimado por efecto de las transferencias (remesas, ayuda estatal, etc.) que las familias reciben y las que producen para el autoconsumo”.

Además consideró la posibilidad de que puede ser que el gasto esté inflado por la situación de boom crediticio que vive el país. “Todavía falta profundización financiera para que este efecto sea mucho mayor. Quizás uno de los temas de investigación pendiente es determinar la proporción del gasto que se debe a la profundización financiera” explicó.

Finalmente, el exministro de Economía fue claro en decir que la reducción en la pobreza es un paso importante hacia el desarrollo, pero no basta.

Opinó que el desarrollo está estrechamente ligado al concepto de bienestar y al nivel de felicidad de los habitantes. En ese sentido, declaró que es clave reformar el Estado para tener una sociedad más “vivible”; haciendo que la sociedad sea más atractiva para que el individuo se desarrolle y pueda desplegar su potencial.