(Tomado de diario El Financiero)
¿Qué pasó en Chile, en qué minuto el tema energético se escapó de las manos?
Es muy temprano para hacer diagnósticos históricos. De lo que sí me doy cuenta es que a fines de los noventa y a principios del 2000 teníamos una infraestructura de transmisión con holgura. Pero pasaron cosas: nos sorprendió a todos el rápido y sostenido crecimiento del país y su correlación con la generación de energía, con lo cual se fueron copando esas holguras. Lo segundo, es que hoy día no hay gente que esté preocupada de donde sale la necesaria oferta energética, aduciendo problemas ambientales ante proyectos que cumplen con la legislación y los reglamentos.
Y ambos fenómenos persisten…
Lo importante es que ya hay acuerdo y si hay algo positivo de la reunión promovida por el ministro de Economía sobre la Cumbre de Pro-inversión, es que hoy día hay una claridad de que no hay crecimiento sin energía, sin mucha energía, y que esa disponibilidad está en discusión. A mí que me toca hablar con parlamentarios, el poder ejecutivo y me doy cuenta que hay un diagnóstico compartido sobre eso.
¿Qué consecuencias puede tener ese desacoplamiento de la oferta y la demanda de energía?
Si Chile en los próximos doce años sigue creciendo al 5 o 6% puede convertirse en un país con un PIB per cápita de US$ 32 mil tranquilamente y eso no es como estar en el borde del desarrollo, eso es ser un miembro pleno. Ya es una economía equivalente a las importantes de Europa antes de la crisis de 2008. Pero esto no ocurre si tú no aumentas el consumo eléctrico anual desde 3.500 a 6.500-6.400 que es lo que consumen estos países. Esto solo ocurre si aumentas los 17 mil megavatios que hay hoy día a 29 mil en doce años, de manera que esa energía eléctrica sea un habilitador indispensable de un crecimiento que nos lleve al primer mundo, esa es la situación que está en discusión.
En resumen, necesitamos lo que yo he denominado E=CAL2, una energía para Chile que sea competitiva, abundante, limpia y local. Ese es un atributo competitivo para el país, de una energía que nos permita recuperarnos, porque Perú y Colombia están aprovechando nuestra ralentización.
¿Chile está en una encrucijada del crecimiento?
Chile ha hecho cambios estructurales, tuvo la visión de integrar la Alianza del Pacífico, que es la primera alianza programática, ya que todas las anteriores tienen un fenómeno político detrás, que es un eje (Chile, Colombia, Perú y México) con 200 millones de personas, con un PIB que supera los 2 trillones de dólares (2 mil millones americanos), que miran un continente asiático vibrante, que está creciendo vigorosamente y donde, francamente, la separación marítima entre esos dos bloques ya desapareció.
Nuestros competidores, básicamente Perú y Colombia, están aprovechando con mucha fuerza esta oportunidad, lo que puede tener implicancias.
¿De qué tipo?
Hoy día la componente más limpia de nuestra matriz energética, que es la hidroelectricidad, corresponde al 31%. Resulta que si te vas a Perú y Colombia es 55% y 85%. Si yo a esto le sumo el gas natural, Chile sube de 31% a 49%, pero nuestros competidores amigos tienen 95% y 98% de una matriz más limpia. Esto pega a la huella de carbono de nuestras exportaciones, en cómo nos ven, como un país que respete los protocolos internacionales en materia de medio ambiente.