Varsovia (Reuters).- Países ricos y pobres se encontraban varados el miércoles en conversaciones sobre cómo conseguir ayuda para que los países en desarrollo lidien con el calentamiento global, en otro revés en el diálogo climático de Naciones Unidas en Varsovia que busca avanzar hacia un acuerdo en 2015.
Bolivia y otros países en desarrollo acusan a los ricos de no mostrar voluntad para discutir ayudas o compensaciones por las pérdidas y daños debido al calentamiento global, como el alza de los niveles del mar o la creciente deforestación.
Las dos semanas de diálogo en Varsovia hasta el viernes buscan poner los cimientos para tener un nuevo acuerdo mundial sobre el clima en 2015, el que entraría en vigencia a partir de 2020.
“Creo que hallaremos una solución”, dijo el enviado climático estadounidense Todd Stern sobre los llamamientos de países emergentes para que haya un mecanismo que cubra pérdidas y daños. Los ricos temen que sea costoso y los haga legalmente responsables de sequías, olas de calor y tormentas.
Para muchos países pobres la devastación del tifón Haiyan ha planteado la urgencia de compensaciones.
Las pérdidas económicas globales causadas por climas extremos han subido a casi US$ 200,000 millones por año en la última década y parecen encaminadas a aumentar con la profundización del cambio climático, dijo esta semana el Banco Mundial.
“La compensación requerida por esos países es algo que es absolutamente fundamental y clave”, dijo la ministra de medio ambiente de la India, Jayanthi Natarajan.
Sin embargo, muchos países más ricos son reacios a financiar los costos y están enfocados en impulsar el crecimiento de sus economías estancadas.
“No podemos tener un sistema donde habrá una compensación automática cada vez que eventos climáticos severos ocurren en un lugar u otro del planeta”, dijo la comisaria de clima de la Unión Europea, Connie Hedegaard.
Uno de los temas más polémicos en las tratativas de la ONU ha sido por mucho tiempo el financiamiento climático, o el dinero aportado para ayudar a que los países emergentes recorten sus emisiones y se adapten a un clima cambiante.
Los países industrializados han prometido elevar lo asignado a US$ 100,000 millones por año para 2020 para los países en desarrollo, desde US$ 10,000 millones por año.