Cuando cinco personas entran a comprar golosinas a una tienda, el bodeguero enfrenta una pequeña crisis. Uno recibe su gaseosa y se va sin recibir el boleto, práctica cotidiana. El comerciante recibe una multa.
Y es que, según Andrés Choy, presidente de la Asociación de Bodegueros del Perú, la Sunat solía realizar este tipo de inspecciones sorpresa y encubiertas hasta hace unos meses.
Pero si bien la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat) suspendió esta fiscalización, Choy describe otros métodos bastante estrictos para recaudar tributo.
Del total de la deuda tributaria de las bodegas, el 80% es por multas. Y la mayoría de estas multas son por tardanzas, anotó.
“Si en un banco te retrasas un día, te cobran el interés del día, no te ponen una multa. La Sunat te pone multa si te retrasas un día, y encima cobra intereses si no pagas la multa”, explicó.
Detalló que los sobrecostos que causa al sector bodeguero por la burocracia y multas del ente tributario, puede alcanzar hasta 15%. Sin contar que las barreras generan informalidad.
Para Choy, el problema es la poca información. Aconseja un programa educativo que le enseñe al bodeguero qué y cómo debe pagar, pues afirma que ellos desconocen el tema tributario.