En muchos países, la compra de inmuebles es una de las estrategias preferidas por los grupos criminales para lavar dinero sucio.
El Perú no se escapa a esa amenaza. Según un reporte de la Unidad de Inteligencia de Financiera (UIF), al cierre del 2016 la adquisición de bienes muebles e inmuebles se convirtió en la principal modalidad para el lavado de recursos ilícitos en el país.
Así, la UIF envió el año pasado al Ministerio Público 11 Informes de Inteligencia Financiera (UIF) que involucran un total de US$ 184 millones, los que presume están vinculados al blanqueo de dinero bajo el esquema mencionado. El segundo monto más alto de los informes de la UIF (US$ 163 millones) está relacionado con un método de lavado que usa productos financieros y/o de inversión.
En el 2016, los delitos contra la administración pública (corrupción de funcionarios y enriquecimiento ilícito) y la defraudación de rentas de aduanas/contrabando fueron las principales fuentes del dinero bajo investigación de lavado. En el primer caso, el monto involucrado en los informes de inteligencia de la UIF suma US$ 331 millones, mientras que en el segundo totaliza US$ 140 millones.
Es muy común que el dinero de la corrupción se intente lavar a través de la compra de viviendas por parte de testaferros, tal como se detectó en España, por ejemplo, indicó una fuente a Gestión.
En el Perú, en el caso Ecoteva se investiga al expresidente Alejandro Toledo por la adquisición de una serie de propiedades con dinero que, presuntamente, provendría de coimas.
En tal sentido, hace unos meses, el jefe de la UIF, Sergio Espinosa, advirtió que la compra de inmuebles es una estrategia común para el blanqueo de dinero en el Perú.
“Una forma por excelencia de lavar activos es a través de la compraventa de bienes muebles e inmuebles”, confirmó Carlos Caro, experto de la firma legal Caro & Asociados.
Por ese motivo, las empresas inmobiliarias y las que se dedican a la compraventa de vehículos son sujetos obligados a reportar a la UIF operaciones sospechosas de lavado, explicó. Entre el 2007 y el 2016, la UIF emitió 849 informes, que involucran US$ 13,462 millones sospechosos de tener un origen ilícito. De ese monto, US$ 618 millones corresponden solo al 2016.
Reportes récord
En tanto, el número de reportes de operaciones sospechosas (ROS) de lavado de dinero alcanzó un récord histórico en el 2016. La UIF recibió en total 9,567 ROS, 32.9% más que en el 2015.
Los notarios lograron igualar en participación (35%) a los bancos en cuanto a número de ROS remitidos. Les siguen las empresas dedicadas a la compraventa de vehículos, con el 10%.
En el último año, la UIF puso mayor énfasis en sus visitas preventivas y de supervisión a los sujetos obligados a reportar. Según los datos disponibles, el 48% de esas visitas se concentraron en empresas de construcción e inmobiliarias.