En la mayoría de los casos, los accidentes de tránsito no solo ocurren por exceso de velocidad o por maniobras temerarias que pueden dejarnos terribles consecuencias, en muchas ocasiones son ocasionadas por acciones o decisiones imprudentes del propio conductor.

Lorenzo Giordanelli, director de Tracklink y especialista en seguridad vial comenta cuáles son los cinco hábitos que realizamos de manera inconsciente a fin de evitarlos ya que pueden terminar en un grave accidente o, inclusive, en la muerte.

1. Chatear al volante:
Chatear o revisar las redes sociales al volante se ha convertido en una de las mayores causas de accidentes de tránsito a nivel mundial debido. Este mal hábito produce que nuestra atención no se enfoque en el volante ni en la vía lo cual presenta un peligro para nuestra vida y para los demás. Recordemos que nuestra vida vale más que un mensaje.

2. Manjear con fatiga:
Manejar con fatiga o sin el descanso necesario es tan peligroso manejar bajo los efectos del alcohol. Si ha trasnochado o se siente muy cansado, lo recomendable es evaluar otro medio de transporte como un taxi. No obstante, si no hay otra opción se sugiere tomar una siesta de por lo menos 15 minutos para reestablecer el cuerpo y permite llegar sano y salvo a casa.

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3. Maquillarse mientras conduce:
Esta acción es considerada una gran distracción al volante, debido a que maquillarse implicará muchas veces cerrar los ojos para aplicar el producto cosmético. El especialista sugiere maquillarse antes de salir de casa o llegando a su destino, con el objetivo de evitar trágicas consecuencias por una imprudencia.

4. Usar sandalias y tacos:
Estos calzados resultan muy incómodos para manejar debido a que dificulta el buen agarre y alcance de los pedales del vehículo lo cual puede imposibilitar acelerar o frenar provocando un accidente de tránsito. Por ello se recomienda usar zapatos cómodos que queden sujetos a sus pies.

5. Guardas las botellas dentro del auto:
Dejar botellas debajo de los asiento es muy peligroso, debido a que pueden rodar debajo de estos y ubicarse debajo de los pedales como una cuña, impidiendo que se pueda frenar.