El Economista de México
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)
Si has seguido esta sección por un buen rato, seguramente ya eres una persona que se ha preocupado por tener sus finanzas personales en orden. Seguramente gastas menos de lo que ganas (es decir, ahorras) y te has preocupado por invertir esos excedentes con inteligencia. Poco a poco ha creado un plan de vida y ha definido bien tus objetivos. Todo va en marcha.
Ahora imagínate que a pesar de todo lo que has hecho, tu mundo de repente se empieza literalmente a caer. Te llaman cobradores para exigir el pago de deudas que tú no has contraído. De repente el dinero que tenías en el banco desaparece misteriosamente. O bien, se enferma tu hijo y tienes que poner todos los recursos a tu alcance para que salga adelante. A tu casa se le mete una buena cantidad de agua por las lluvias que levanta el piso y daña todos tus muebles.
Peor aún: pierdes tu trabajo de un día para otro, sin liquidación porque la empresa donde laborabas se declaró en quiebra.
Todas estas cosas desafortunadamente son temas de todos los días y suceden a la gente. ¿Te has puesto a pensar qué tan vulnerable eres? ¿Cómo se vería afectado tu plan de vida si de repente alguna de estas cosas te pasara?
Un buen blindaje tiene por lo menos dos niveles
Para evitar que estas cosas nos sucedan, y si lo hacen podamos contener sus efectos a niveles manejables, es importante implementar un buen blindaje que tenga dos niveles:
1. Prevención – del cual hablaremos en esta ocasión.
2. Protección – tema que tocaremos en la segunda parte.
Más vale prevenir que lamentar
Hay muchas cosas sencillas que podemos hacer para prevenir que algo malo nos suceda. A continuación algunos consejos:
En casa:
• Es importante tener buena iluminación en la puerta de entrada y en garajes, además de chapas de seguridad en todas las puertas de acceso desde el exterior.
• Al entrar por la noche siempre debemos fijarnos que no hayan personas rondando sin nada qué hacer ahí o en actitud sospechosa. En caso de duda es mejor llamar a las autoridades que tomar un riesgo que no conocemos.
• Si es una casa sola, poner alambre de púas enrollado por encima de la barda, y/o cables electrificados. Además la instalación de una alarma contra robo conectada a una central de seguridad puede ser gratis a cambio de un costo mensual que es accesible para la mayoría de las personas de clase media.
• En caso de departamentos, asegurarse de contar con guardia que pertenezca a una empresa de seguridad especializada. A veces los vecinos por ahorrarse unos cuantos pesos en la cuota de mantenimiento ponen simplemente a porteros o vigilantes que no tienen ningún entrenamiento: promovamos las ventajas de tener a personas que llegado el momento sabrán qué hacer.
En la computadora:
• Contar con un antivirus siempre actualizado, que también detecte malware y cualquier tipo de software espía.
• No bajar archivos de fuentes no confiables y escanearlos antes de abrirlos.
• Nunca hacer caso a correos electrónicos que nos dicen que tenemos una herencia, nos piden ayuda para transferir dinero de un país remoto, o bien, que ganamos una rifa en la cual no participamos. Sólo buscan que les mandemos un pago para cubrir los “gastos” y no sabremos más de ellos.
• Jamás entremos a la página de nuestro banco a través de ligas externas, mucho menos de correos electrónicos invitándonos a “actualizar” nuestra cuenta en línea para que no se cancele, ya que son fraudulentos. Siempre tecleemos nosotros la dirección del banco en nuestro navegador.
• Nunca hagamos pagos por internet a través de páginas que no son seguras. Uno las identifica fácilmente porque aparece un candadito en nuestro navegador, además de que la dirección de la misma comienza con https.
• No accedamos a portales financieros a través de sitios públicos. Estas redes son totalmente inseguras y nuestra información podría verse vulnerada.
Con respecto a nuestras cuentas y medios de acceso:
• Nunca perdamos de vista nuestra tarjeta de crédito o débito. Exijamos que nos traigan una terminal o bien, en caso de que no sea posible, acompañemos a la persona que nos atiende a donde están las terminales punto de venta.
• No portemos la chequera a menos que vayamos a necesitarla. Jamás dejar firmado cheques en blanco, nunca.
• Reportar inmediatamente cualquier contingencia, robo o extravío.
Prevenir es importante, pero no lo es todo. No nos da un blindaje completo, simplemente reduce la probabilidad de que nos suceda un evento desafortunado.
Para ello está la protección, la segunda capa que trataremos en la siguiente colaboración.