Diario El Economista de México
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)
Para entender los procesos que llevan a estas conductas, resulta útil un reporte preparado (para la aseguradora AXA) por Karen Pine y Ben Fletcher de la Escuela de Psicología de la Universidad de Hertfordshire, con base en información estadística sobre el comportamiento de personas en el Reino Unido. En él se consideran tres vertientes de comportamiento negativo que afectan a las personas y su toma de decisiones.
El primero se relaciona con la Inercia. Se refiere a la tendencia de las personas a mantener una conducta que han sostenido durante mucho tiempo, sin importar si los resultados de esta han sido favorables.
En física, la primera ley de Newton tiene como uno de sus componentes el que todo cuerpo que está en reposo tenderá a permanecer en reposo. El mismo principio aplica para la conducta humana. A menos que se presente algún factor de cambio que promueva el cambio de la conducta, las personas generalmente mantendrán su comportamiento.
Una importante razón para ello es que todo cambio de conducta conlleva asumir responsabilidad por la nueva ruta de acción a seguir y, frecuentemente, las personas prefieren asumir los costos asociados de la inacción, en vez de enfrentar las consecuencias de una decisión activa.
Un segundo elemento destacado en el reporte es la Ignorancia. Se refiere a una realidad para la mayoría de las personas, y es que con frecuencia se desconocen los principios básicos (en este caso) financieros, que les permitan tomar mejores decisiones y acciones en favor de su bienestar y patrimonio.
En los temas financieros, la ignorancia no viene de una carencia de información sino de su exceso, que dificulta su comprensión y traducción en conocimientos prácticos aplicables. Además, en muchos casos las personas enfrentamos una incapacidad para reconocer nuestra ignorancia y ello contribuye a mantener nuestro bajo grado de conocimiento.
El tercer elemento señalado en el reporte se refiere a la Inmediatez que buscamos en la gratificación por nuestra conducta. Se trata de la propensión que tenemos para buscar recompensas de corto plazo. Para la mayoría de las personas es más gratificante gastar hoy, que ahorrar para el futuro.
Cuando se trata de la planeación de las finanzas personales y familiares, nuestra propensión a la recompensa inmediata no sólo se relaciona con nuestras decisiones de gasto y ahorro de nuestro dinero, sino también con el tiempo que dedicamos a la planeación.
Toda actividad de planeación financiera requiere tiempo y su beneficio es de largo plazo; por ello, para muchas personas ese tiempo acaba por ser utilizado en actividades que les generan una gratificación de más corto plazo.
Todo cambio de conducta y toda mejora de nuestra condición presente invariablemente es producto de una acción positiva y afirmativa que cambie las condiciones negativas que hoy nos afectan.
La única forma que tenemos para mejorar nuestro futuro económico y financiero es romper la inercia de nuestra conducta negativa presente, disminuir nuestra ignorancia financiera y entender que la tranquilidad financiera de nuestras familias en la mejor recompensa que podremos tener.
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