Crowdfunding inmobiliario desde Nueva York para el mundo

Desde US$ 10,000, se puede invertir en proyectos de bienes raíces en una de las potencias del mundo.

Especial Tu Dinero. La esencia del fondeo colectivo (o crowdfunding) es que varias personas colaboren con capital para levantar algún proyecto y a cambio obtienen un rendimiento anual. De ahí que el caso de los bienes raíces sea algo muy particular, pues el fondeo colectivo abre la posibilidad de que más personas accedan a un tipo de inversión que, hasta hace algunos años, estaba limitada para gente de grandes recursos.

Invertir en bienes raíces suena a algo poco accesible por los montos que requiere, sobre todo si hablamos de inmuebles en otros lugares del mundo. Sin embargo, las nuevas tecnologías están reduciendo la distancia en más de una manera, y actualmente puede ser inversionista de un edificio en Nueva York a un par de clics de distancia mediante el crowdfunding, a través de la compañía Prodigy Network.

La alternativa de esta compañía estadounidense está destinada a gente que quiera invertir en proyectos inmobiliarios en Nueva York con rendimientos anuales que oscilan entre 10 y 20% , eso sí, con requerimientos de capital que comienzan en US$ 10,000.

A partir del año pasado, algunos países ya pueden invertir financiando proyectos nacionales e internacionales de las más diversas índoles, como pequeños y medianos negocios, a través de plataformas como Kickstarter.

Sin embargo, el crowdfunding inmobiliario va más allá, ya que se centra en activos —los bienes raíces— que históricamente ofrecen dos de las características preferidas de los inversionistas: seguridad y buenos rendimientos.

¿Cómo funciona?

En países como México hay opciones de crowdfunding inmobiliario en plataformas como Expansive, Inverspot y Briq; sin embargo, las ventajas de invertir en inmuebles estadounidenses radican en los rendimientos y en que todo es en dólares.

El esquema de Prodigy Network es similar al de otros proyectos de fondeo colectivo: un conjunto de inversionistas que une esfuerzos para levantar un producto, en este caso un proyecto hotelero o edificio comercial en Nueva York.

“Los inversionistas, en conjunto con la compañía, son dueños del edificio. Compramos el inmueble con el dinero que ponen los inversionistas y bancos de primera línea y una parte del capital necesario se usa para comprar y arreglar el edificio, cambiamos el uso (de suelo) y montamos un negocio comercial que empieza a generar retornos y son los que obtienen los inversionistas”, explicó Lisandro Videla, director de Banca Privada en Latinoamérica de Prodigy Network.

La compañía eligió Manhattan dado que, desde el 2001 hasta la fecha, ha tenido un rendimiento sostenido. “Con la crisis financiera algunos activos bajaron 70%, el S&P cayó 45% y el real estate sólo bajó 25% y se recuperó en tres años”, explicó el directivo.

En el crowdfunding inmobiliario existen dos esquemas: el de capital, donde el inversionista entra directamente como socio del proyecto inmobiliario y corre más riesgos con un mayor potencial de rendimiento; el de deuda, en el que el inversionista le presta a un desarrollador inmobiliario para que levante un proyecto, a cambio de una tasa de rendimiento menor, pero más segura.

Prodigy Network funciona con ambos esquemas, que a su vez están segmentados dependiendo de cuánto capital disponga el inversionista; a los inversionistas chicos se les requiere montos iniciales de US$ 10,000. A partir de US$ 100,000, la firma brinda una asesoría más personalizada a los inversionistas, así como a personas que dispongan de US$ 1 millón.

Los plazos que se manejan oscilan entre cuatro y seis años y los rendimientos varían dependiendo del tipo de esquema. En el modelo de deuda, los retornos anuales son entre 10 a 12%; en capital, de 15 a 20%, antes de impuestos. A esto hay que añadir el efecto del tipo de cambio, que a decir del directivo, se ve reflejado inmediatamente.

“Ésta es una inversión de diversificación de riesgo, donde el inversionista mitiga el riesgo del tipo de cambio a través de una inversión de dólares”, explicó.

Consideraciones

En este modelo hay dos consideraciones: los costos adicionales y las consecuencias de salirse de la inversión.

En el primer rubro, Videla refirió que se cobra una tarifa por mantenimiento del inmueble de 0.50% sobre el monto invertido. Asimismo, cuando el inversionista logra captar la rentabilidad se devuelve su capital arriba del retorno preferencial de 7 u 8% y la firma se queda con 30% del margen adicional.

Parte de los costos adicionales también tienen que ver con los impuestos, que, recordemos, todos los inversionistas deben saldar en mayor o menor medida dependiendo de sus ganancias, aun cuando sean en el extranjero (lo que se conoce como inversiones offshore).

En este sentido, la estructura de Prodigy Network para inversionistas internacionales reduce el impacto fiscal para un inversionista offshore en Estados Unidos de 47 a 15%, lo cual la compañía espera mejorar cuando entre en vigor la Ley de Tecnología Financiera.

Por otra parte, si el inversionista decide salirse, este esquema cuenta con un mercado secundario donde puede abandonar la inversión a través de la recompra con otro inversionista; sin embargo, la idea es quedarse hacia el final, como en toda inversión.

Diario El Economista
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

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