Una necesidad y una solución. Los proyectos sociales usualmente se gestan en base de una necesidad de una localidad específica. La creación de una escuela rural para mejorar la educación de una comunidad campesina. O la creación de una brigada ciudadana para combatir la delincuencia.
En países como el Perú, aunque siguen existiendo comunidades y pueblos donde se registran carencias primarias, los índices macroeconómicos pintan un escenario más optimista en los últimos años y la ayuda financiera de cooperación internacional y demás entidades se ha visto recortada considerablemente.
Para la comunidad internacional, el Perú ya no es el país emergente que necesidad de fondos internacionales para la ejecución de proyectos sociales. Así, muchos de estos proyectos enfrentan ahora la necesidad de alcanzar la autosostenibilidad.
La creación de un proyecto social depende, en primer lugar, de la misión y la localidad donde se va a desarrollar el trabajo, explica Matthew Murphy, profesor en la Universidad de Victoria (Estados Unidos).
“El emprendimiento social tiene que ser enfocado en la localidad. No hay una fórmula para todos los proyectos del mundo. Normalmente, el emprendimiento empieza en el fondo, con la gente dentro de esos problemas sociales o ambientales y se identifica las necesidades y las ideas que tienen estas personas para solucionarlos”, indicó.
Una vez definidos estos aspectos, hay que buscar recursos, monetarios y humanos, para ejecutar el proyecto.
El docente invitado en la XXXI Semana Internacional de ESAN sugiere identificar una oportunidad comercial para ganar dinero, es decir, desarrollar una línea de negocio paralela al fin principal del proyecto social para hacerlo rentable.
“Otra manera es colaborar con empresas que tienen intereses. Por ejemplo, en Perú haa muchas empresas mineras que están involucradas en conflictos sociales y tiene interés en enfrentarlos. Ellos tienen recursos y otros, habilidades”, explica.
Esta otra forma, la de alianzas estratégicas y colaboraciones, representa un riesgo, pero “si el gobierno está cortando los fondos, si no hay más filántropos que donan fondos, esta es una solución”.
“Tenemos que buscar algo que es aceptable a los beneficiaros de los servicios sociales y a los otros colaboradores también”, agregó el experto.