NANCY PORTUGAL PRADO
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Si existía una palabra capaz de comunicar el mensaje de San Fernando, esa era “calato”. Una palabra inocente, pero llena de chispa. Ni tan encendido para la censura, ni tan tibio para la inadvertencia. El vocablo protagoniza su última campaña, “Plato Calato no”.
Ya pasaron dos años desde que la marca nació de nuevo. Se despojó de los manoseados conceptos de “calidad” y “garantía” y halló su nicho en el amor familiar.
Ahora, le apuesta todo a este nuevo rumbo. Por eso desembolsó S/. 1.5 millones en esta campaña. Su mensaje se lanzó por la televisión, la radio, la prensa y hasta en 100 buses. En todos lados está el eslogan que reclama una jugosa presa de pollo sobre la vajilla.
¿Por qué tanto?
Según Juan Pablo Klingenberger, gerente corporativo de marketing de San Fernando, el verano es difícil para la industria. Las amas de casa olvidan el pollo y lo reemplazan con pescado.
“El consumo puede disminuir en un 5% en el verano. Para un mercado que vende 10 millones de pollos a la semana, es algo significativo”, explica el vocero.
Esta es, además, una campaña que favorece a la industria, según Klingenberger pues el vocero cree que San Fernando, incentiva el consumo de pollo, en general.
Klingenberger anota que en el Perú, existe un déficit proteico de un 20%. “Este es un problema real, y queremos que este porcentaje se cubra con pollo, que es nuestra bandera”.
Protagonistas
Después del relanzamiento, San Fernando cambió sus reglas. Spots sin guión y protagonistas sin experiencia actoral. Ahora se trata de “dejar ser” a las familias frente a la cámara.