Víctor Ruiz lleva varios años en el mundo de las letras. Él es una de las cabezas visibles de Editorial Planeta. En ese campo, ha podido desarrollarse como escritor y editor, lo que lo ha llevado a saber lo complementarias que son una de la otra.
“El trabajo de editor me hace ser consciente del proceso de escritura de un libro, de la mecánica que produce el funcionamiento de dicho artefacto”, indica.
Además, resalta que la sistematización de estos procesos la podría definir como “técnica, experticia; aquello que podemos aprender (para mi propio proceso creativo como escritor) y también compartir (como editor)”.
Para Ruiz, le es complicado elegir entre una de estas facetas; sin embargo, sabe que su labor como editor es más reconocida debido a que ha podido trabajar con autores muy importantes.
A pesar de ello, toma el reconocimiento con pinzas. “En última instancia, se me reconoce por el trabajo de otros. En ese sentido, ¿cómo no ser agradecido?”, menciona.
Nuevos aires
Al hacer un comparativo entre trabajar en una editorial independiente –como Santuario Editorial– y ahora en Planeta, Ruiz percibe el cambio principalmente como una diferencia del volumen, tanto en tirajes y cantidad de títulos.
“La estrechez del mercado ha permitido que aprendamos unos de otros. Desde la perspectiva de una empresa grande, a entender que la generación de nuevos contenidos es una apuesta que se debe asumir para que el mercado crezca, no basta con ‘cubrir la demanda’”, resalta en referencia a las grandes editoriales.
En cuanto a las firmas independientes del sector, el vocero dijo que se trataba de aspirar a una profesionalización de la actividad para que se deje de entender esta labor “como una especie de apostolado”. “No se necesitan mártires de la edición, sino profesionales que aporten al crecimiento del sector”, resaltó.
Las apuestas de un editor
Ruiz contó que aspira tener la posibilidad de hacer del Perú un país con más lectores, producir los libros que ellos esperan, es decir, lograr satisfacer la demanda y, finalmente, trabajar para desarrollar los contenidos de libros que nadie espera, pero que desde su aparición se hacen imprescindibles.
“La posibilidad de tener nuevas y distintas visiones del mundo ayuda a que los lectores desarrollen una actitud crítica frente a su realidad, y con ello se promueve la generación de ciudadanos y no solo de consumidores”, subraya.
A pesar de ello, el representante de Planeta considera que es una tarea complicada.
“El problema principal es la idea de pensar o entender el conocimiento como un asunto meramente utilitario: ‘yo aprendo A para poder responder B’. De ese modo, nos privamos de una experiencia plena. El Internet ha sido una revolución para la divulgación del conocimiento, pero no necesariamente estamos aprovechando todo su potencial. En ese escenario global, editar libros es siempre una apuesta por la preservación de valores que trascienden lo meramente cuantitativo”, reflexiona.
Las competencias
Un editor debe ser siempre un inconforme en su labor de tratar de hacer de un manuscrito el mejor libro posible, dice Ruiz.
“Eso implica no solo el trabajo referido al contenido, sino el entendimiento, antes que nadie, del lugar que ese libro que ayuda a publicar ocupa en el mundo”.
El panorama
Para el vocero de Planeta, hay precariedad en la industria editorial en el Perú, la cual se basa en el hecho de que si la librería más grande del país tiene problemas todo el mercado tambalea.
“Estamos creciendo, sí, pero un paso en falso puede echar todo por tierra. Ahora a lo que hay que apuntar es a la consolidación, y para ello necesitamos una nueva Ley del Libro que entienda la importancia de nuestro sector”, finalizó.