(Bloomberg) No fumar. Usar pantalla solar. Comer brócoli. ¿Evitar el sofá? Durante décadas se le ha advertido a la gente sobre la relación entre la exposición a todo tipo de toxinas y el cáncer.
Sin embargo, según un nuevo estudio publicado en Science, las dos terceras partes de las mutaciones genéticas que causan la temida enfermedad en los seres humanos no obedecen al medioambiente ni a factores hereditarios.
Son el resultado de errores aleatorios de la replicación del ADN o, como dijo uno de los investigadores, de la “mala suerte”.
Si bien los antecedentes familiares de cáncer o los malos hábitos como el tabaquismo son causas de mutaciones genéticas, los errores de replicación aleatorios que ocurren durante la división celular normal son un elemento de mucho mayor peso, según los investigadores.
“La mayor parte de las veces esas mutaciones no causan ningún daño”, dijo Bert Vogelstein, uno de los directores del Ludwig Center del Johns Hopkins Kimmel Cancer Center.
Señaló que por lo general esas mutaciones ocurren en lugares sin importancia del ADN humano. “Ocasionalmente ocurren en el gen que controla el cáncer, y eso es mala suerte”.
Sobre la base de investigaciones anteriores realizadas en Estados Unidos, Vogelstein y Cristian Tomasetti, de la División de Bioestadística y Bioinformática de Johns Hopkins, evaluaron la incidencia del cáncer en 69 países con una población total de 4,800 millones de habitantes.
En entornos muy diferentes, encontraron una fuerte correlación entre el cáncer y las divisiones normales de células madre.
En otras palabras, a más divisiones de las células de un tipo de tejido durante la vida, mayores son las probabilidades de que el tejido desarrolle cáncer. Eso se corroboró independientemente de la población y el medio ambiente.
Los investigadores estimaron que el 66% de las mutaciones que impulsan el cáncer es producto de errores aleatorios de replicación en el transcurso del tiempo; 29% es impulsado por factores ambientales; y hay un 5% que es hereditario. Vogelstein dijo que estima que el 66% crecerá.
“A medida que la gente envejece”, dijo, “las células se dividirán más y una mayor parte de las mutaciones derivará de factores de replicación al azar”.
Sin embargo, Tomasetti señaló que la mayoría de los cánceres no son producto de una sola mutación, sino más bien de tres o más.
Para ilustrar la forma en que las mutaciones impulsan el cáncer, los investigadores apuntan al adenocarcinoma, un cáncer de pulmón común para el cual no se han detectado factores hereditarios. La gran mayoría de los adenocarcinomas es evitable, y el humo del tabaco es una importante una causa ambiental.
Basándose en datos de secuenciación genómica y epidemiológicos, los investigadores demuestran que aproximadamente el 90% de las mutaciones obedece a una combinación de errores de replicación ambientales y aleatorios.
Eso significa, dijo Tomasetti, que el 90% es evitable porque se necesita un factor ambiental además de un error genético aleatorio. “Si una de las mutaciones es producto de factores ambientales, si podemos prevenir esa mutación ese paciente no tendría cáncer”, dijo.
Por lo tanto, los errores de replicación aleatorios sólo causan cáncer en el 10% de los pacientes con adenocarcinoma, mientras que el otro 90% tiene además que fumar, ser un fumador pasivo o estar expuesto a alguna otra condición ambiental.