“Nosotros queremos morir tocando ska” decían Los Fabulosos Cadillacs cuando se iniciaban en los escenarios sin prever quizá que años después alterarían el sentido de su proclama “nos moriríamos si tuviéramos que tocar solo ska”.
Bajo ese punto de partida, Humberto Campodónico, líder de Turbopótamos, narra que, si bien en una nueva etapa la banda mantendrá “esa esencia del ska”, su sonido integrará una dosis más potente de rock. “Algo más pesado sin ser metalero”.
“El que no hayamos sido un éxito comercial fulminante no nos obliga a encasillarnos; si hubiésemos tenido un hit quizá estaríamos pensando en hacer canciones siempre similares pero, al haber tenido reconocimientos a nivel de crítica, en un espacio más reducido, tenemos paradójicamente más libertad musical y nos estamos asentando en un estilo más rockero”, cuenta el vocalista.
Planes a la vista
Así, luego del festival Somos Perú Rock en que participará mañana, la agrupación ya está inmersa en nuevos proyectos, entre ellos, la grabación de nuevos temas para este año y la reedición de su disco debut en un “formato vintage” para julio.
Aunque las plataformas digitales ganan cada vez más espacio, el resurgimiento del vinilo ha servido de aliciente.
“Creo que seremos la primera banda de los años 2000 que tendrá un disco en vinilo de su material más clásico”, adelanta Campodónico. “Este rescata los audios originales y los trabaja para el formato análogo con lo cual se marca una diferencia. No es una simple transferencia sino un trabajo a nivel de ingeniería de sonido”, garantiza.
No obstante ello, Turbopótamos quiere ir más allá de lo local y transcender fronteras. “Pese a no haber alcanzado todo lo que queremos localmente, sí hay una comunidad internacional donde podríamos entrar”, dice su vocalista. “Queremos apuntar a tener más difusión en festivales de fuera, algo que hicimos hace unos años atrás”, recuerda el guitarrista Bruno Sánchez.
El desafío de la auto-gestión
De esa manera, la banda, que hace algunos meses retornó a la escena local después de unos cinco años de descanso, busca reinsertarse con fuerza a través de conciertos, festivales y sencillos.
Sus miembros aseguran que con los años han encontrado su propia identidad y que los temas que lanzarán van a reflejar efectivamente ese cambio.
Cuentan, asimismo, que los años -tanto dentro como fuera de escena- han sido aleccionadores y que, si bien hay más ‘know-how’ en el aspecto de la auto-gestión, no es posible vivir enteramente de la música, por eso, en ese plano, se hace preciso buscar un balance a nivel de auspicios, nuevas tecnologías, social media.
Pese a ello, Turbopótamos tampoco duda en cuestionar los extremos: “una banda debería promocionar siempre la música que hace, no los lentes las gorras o las botas que usa; hasta cierto punto todo bien, pero tampoco nos olvidemos que el rock también es rebeldía, es contestatario”, dispara Humberto. “También hay un punto medio en que no se puede involucrar la obra, hay que calibrarlo todo”, complementa por su lado Bruno.
EL DATO
Carrera. El disco debut de la banda (“Turbopótamos”, 2004 ), fue considerado el Mejor del Año. Su tercer álbum, “No Love”, los llevó de gira por Argentina y Brasil para luego participar en festivales internacionales. Tras un descanso, retornaron a los escenarios a fines del 2016. Y en mayo telonearon a Linkin Park.
