(Bloomberg).- Hace cuatro años, el ícono de la moda Tim Gunn se burló cuando lo consultaron sobre la tendencia de usar calzas y pantalones de yoga en la calle.
Ahora, no se puede salir a la vereda sin ver todo tipo de atuendos atléticos adornando a las personas que van a hacer pilates, al almacén o a trabajar. La ropa informal se impuso. ¡Diablos! Si hasta se pueden comprar calzas estampadas con emoticones en Saks Fifth Avenue.
¿Gunn sigue detestando que se usen esas camisetas para correr o los pantalones Spandex negro azabache en la calle? Cuando se lo pregunto, recibo un diluvio de impertinencias.
“Es vulgar”, dice Gunn. “Salvo que usted sea Robin Hood”.
Estamos en el interior de una carpa a la sombra del Flatiron Building de Nueva York para un evento de Transitions, el fabricante de lentes con el que se ha asociado. Apartándose de una cola que se renueva constantemente de gente que lo saluda, Gunn está vestido con su estilo formal, como de costumbre; pese a la humedad opresiva de este día de septiembre, está equipado con un traje azul marino con doble abotonadura. Gunn sabe que, a los 62 años, está envejeciendo y que puede parecer obstinado, pero insiste en que sigue siendo importante presentarse de manera respetable. La ropa de gimnasia no cumple ese requisito.
“¿En qué momento las calzas pasaron a ser pantalones?” pregunta Gunn con mirada incrédula. Acepta plenamente las calzas elásticas tal como se usan tradicionalmente, como una capa por debajo de cualquier cosa que se lleve. Y están bien para hacer ejercicio. Pero es necesario cambiarse antes de abandonar el gimnasio.
La comodidad no es una excusa válida tampoco, dice Gunn. Hay muchísima ropa que se puede usar que es linda –por ejemplo, un vestido cruzado de Diane von Furstenburg, que tiene elástico pero resulta elegante y chic.
Lamentablemente, es probable que el mentor de Project Runway siga poniendo los ojos en blanco por un tiempo; al parecer, el torrente de Spandex no se frenará en un futuro inmediato. Etiquetas de moda de todo tipo están fabricando actualmente ropa de deporte, esperando treparse a la ola, desde diseñadores como Stella McCartney y Tory Burch hasta marcas del mercado masivo como Old Navy y H&M. La ropa deportiva está asomando incluso en el ámbito del lujo, en tanto marcas nuevas cobran US$400 o más por sus calzas y pantalones de yoga.
Todo se reduce a la ocasión, dice Gunn. Se debe usar lo apropiado para lo que se está haciendo. Así como un traje de baño es para la piscina o la playa, los equipos de ejercicio físico son para el gimnasio, a menos que usted vaya haciendo jogging por la vereda. ¿Las calzas como pantalones? Es como ir básicamente en ropa interior, dice, ¿y cuál es la percepción de los otros? Aunque usted esté simplemente haciendo mandados, ¿qué ocurre si se encuentra con su jefe, o un ex?
“Eso es lo que tiene vestirse de una manera excesivamente informal”, dice Gunn. “El mensaje es: todo me importa un bledo”.