La edición pasada del Super Bowl, partido final de la Liga Nacional de Fútbol Americano NFL, dejó más de US$ 605 millones en beneficios y una audiencia de 112 millones de espectadores a nivel internacional. Es así que el próximo encuentro a disputarse este domingo 5 de febrero tendrá una alta brecha por superar.
Los equipos finalistas son los Patriotas, de Nueva Inglaterra, y los Falcons, de Atlanta, que se enfrentarán en el NRG Stadium de Houston en Texas, un megaestadio con capacidad para 72,200 personas, más de 26 mil autos y un complejo deportivo cuyas dimensiones son hasta dos veces más grande que las de Disney World.
Evolución
Desde el 2010, Anheuser-Busch, cervecera que produce Budweiser y otras bebidas, ha invertido cerca de US$ 218.5 millones en anuncios de Super Bowl, según señala un estudio de WalletHub, portal de consumo.
Y las altas cifras no terminan ahí, pues durante los últimos diez años, los spots publicitarios de 30 segundos pasaron de costar US$ 2 millones a US$ 5 millones.
Para esta edición, la número 51, los anuncios de marcas como Audi, Budweiser, Buick, Kia y LifeWTR, que se extienden hasta por un minuto según un listado de Forbes, supondrán una inversión de US$ 10 millones cada una por su emisión durante la transmisión del juego.
Esta inversión publicitaria tiene sustento, pues solo en el 2016, según la National Retail Federation, 8.6 millones de televisores nuevos fueron comercializados en las fechas previas al partido en Estados Unidos.
Por otro lado, los tickets para ver el evento van desde US$ 2,700 hasta US$ 9 mil. Pero ¿por qué las entradas son tan costosas? Porque el Super Bowl ofrece más que fútbol. Para el show de medio tiempo de este año, la NFL contrató a Lady Gaga por US$10 millones. Además, la cantante ha sido fichada por la firma de lujo Tiffany & Co. para protagonizar su spot en el juego.