Campañas integrales como las de Sublime y Butterfield –que apelan claramente al marketing de nostalgia o de regresión– están dirigidas a la Generación X y su objetivo es que establezca una conexión con las emociones propias del pasado.
“La campaña de Sublime se orienta a una comunidad de consumidores que siempre ha estado ahí: toda una generación que lo ha consumido en su empaque tradicional y a la que les da directamente al sentimiento de la nostalgia”, dijo. Así, despierta los recuerdos más gratos de su infancia y su adolescencia, que se relacionan con el consumo del producto.
Esa situación es la que activa la acción de compra, explica. Y precisa: “Los consumidores quieren adquirir el producto porque finalmente les genera una suma de emociones. La campaña definitivamente va a impactar favorablemente en las ventas”.
Una situación similar ocurre con Butterfield. En el spot publicitario incluso se dice textualmente: “De tu pasado solo rescatamos lo mejor”. El director de Negocios de Futuro Labs destacó que Field haya traído “un producto otra vez a la vida a partir de lo que le piden los consumidores en el canal digital”.
En otras palabras, la empresa ha hecho posible que los consumidores contribuyan en sus decisiones, “para producir un wafer que también fue querido en su momento”. Ambas marcas han comprendido y aprovechado las bondades de un trabajo integrado, en los terrenos offline y online. Y merecen un aplauso.