Abra su armario. Ahora identifique qué prendas son las que usa con frecuencia y cuántas quedan en el baúl de los recuerdos. ¿Son muchas?

Luego, pregúntese cuánta indumentaria ha comprado en el último mes. ¿La cantidad le ha sorprendido? Si la respuesta a esas preguntas suele ser afirmativa y se ha dado cuenta de que en la calle no deja de voltear frente a esos anuncios que dicen: Día de rebajas, comprar ahora o nunca, 90% de descuento o más; tome sus precauciones, puede formar parte de las personas que sufren de adicción a las compras.

Según el Observador de Uruguay, solo en España un 3% del total de la población sufre un problema de control de impulsos al que se le llama “adicción a las compras o compulsión a comprar”.

Esto se traduce en compras compulsivas y no planificadas de artículos que no se necesitan, por un importe que supera sus posibilidades económicas, y constituyen -a grandes rasgos- las características que definen a un adicto a las compras. Un trastorno que, en muchas ocasiones, no se percibe como tal, según revela el medio.

¿Cuestión de género?
En el Perú, las cifras demuestran que el 80% de los casos de adicción a compras y ludopatía corresponden a mujeres. Essalud informó que en el caso de las compradoras adictivas, pueden iniciarse a partir de los 20 años.

Coincide Rachael Silberman, profesora de la carrera de Sicología de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Según la especialista, la mayoría de los casos se evidencia en mujeres que oscilan los 30 años, pues es la edad en la que se viven diversas etapas, como un matrimonio, hijos, presión laboral o el divorcio.

Detectarlo
Para Paula Balansky , asesora de Imagen Personal y Profesional, una buena forma de identificar si ya está cayendo en este problema es sencilla: “Mire si tiene en su armario cosas colgadas con etiquetas o cuando tiene dos o tres prendas iguales y no las ha usado”, aconseja.

Para la sicóloga, otra manera es verificando su estado de cuenta de sus tarjetas de crédito y ver si los gastos que tiene exceden a sus ingresos. “A veces, uno no se da cuenta y no hay peor ciego que el que no quiere ver. Si tu entorno te lo advierte es una alerta. Si ya no te es gratificante estar comprando, sino que lo haces porque no tienes nada que hacer, deberías analizar pedir ayuda”.

Se advierte que detectar este tipo de conducta es muy difícil y se puede demorar hasta siete años en identificarla, según fuentes del sector.