Estaba a punto de cumplir 40 años y sentía estar cansada de esperar a la persona indicada, aquella con quien compartir su vida. Una mañana, luego de evaluar su situación sentimental, la estadounidense Erika Anderson decidió dejar de aguardar y casarse con ella misma frente a su familia y amigos.
La decisión puede parecer descabellada y hasta egocéntrica, pero es una creciente tendencia llamada “sologamia”, que cientos de personas de Estados Unidos, Australia, Taiwán, Francia y Reino Unido practican actualmente.
Sin embargo, la mencionada actividad, que se basa en el matrimonio que una persona contrae consigo misma, no tiene valor legal en ninguna parte del mundo.
Los inicios
El término “sologamia” se acuñó en un estudio sociológico sobre el fenómeno global de mujeres profesionales solteras, explica Carlos Almenara, docente investigador de la carrera de Psicología de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.
“Es importante diferenciar este fenómeno sociodemográfico del fenómeno comercial en donde se publicitan empresas que ofrecen la posibilidad de ‘casarse con uno mismo’”, señala el especialista.
Diversos estudios sociológicos a lo largo de los últimos 10 años demostraron que la soltería se afianzó en la cultura moderna occidental y consiguieron una mejor aceptación mucho más que en la mayor parte del siglo XX.
Por ejemplo, en Francia la población soltera se ha incrementado de 36.5% en el 2006 a 40% en el 2015, acompañada de una ligera baja en la presión fiscal sobre el trabajo en personas solteras sin hijos.
Según la OCDE, la cuña fiscal para estas personas pasó de 50.2% en el 2006 a 48.42% en el 2015, indica Almenara.
“Sologamia” y tecnología
Este patrón sociodemográfico podría estar influenciado por la tecnología, y eso incluye a las redes sociales.
Internet permite diseminar mensajes socioculturales relacionados con la soltería: el estar solo como expresión de identidad particular, valores individualistas, empoderamiento de la mujer, etcétera.
“Estos mensajes son reforzados por otros factores contextuales como la publicidad, que pueden generar un cambio de actitudes y comportamientos respecto al matrimonio”, expresa el docente de la UPC.
El lado comercial
Debido a que la “sologamia” tiene cada día más adeptos, han surgido empresas que organizan esta clase de enlaces –es decir, matrimonios individuales– como Marry Yourself Vancouver y I married you. La visión de las firmas es el “cambiar la idea de matrimonio convencional para siempre”.
“Hace 10 años era demasiado alternativo, pero dentro de unos años será completamente normal”, dijo Alezandra Gill, vocera de la primera compañía mencionada, al portal Global News.
En tanto, I married you es una iniciativa que cuenta con asesorías personalizadas y paquetes de bodas que pueden costar desde US$ 230. Los kits, que son los más cotizados, incluyen un anillo de matrimonio diseñado por Jeffrey Levin, instrucciones para desarrollar la ceremonia, votos alternativos e invitaciones.
Panorama local
De acuerdo a Carlos Almenara, no hay datos que evidencien que la “sologamia”, como fenómeno comercial, esté incrementando en el Perú.
Demográficamente, el último dato censal del INEI del 2007 señala que un 31% de los peruanos entre los 25 y 34 años era soltero (36% hombres y 26% mujeres).
“Sin embargo, si comparamos la tendencia en la década 2004-2013, el porcentaje de la población soltera se redujo de 41.3% a 38.2% en ese periodo”, dijo el especialista.
En contraste
Resaltó también que la situación en el Perú es distinta a países como Estados Unidos debido a que hay un índice bajo en individualismo y alto en colectivismo.
Estudios de mercado por nivel generacional en el país norteamericano sugieren que cada vez son menos las personas que se casan en el periodo de 18 a 32 años.
En ellos se puede evidenciar a un 26% de los millenials, comparado al 65% de la generación silenciosa (nacidos entre los años 20 y 40), 48% de los baby boomers y 36% de la generación X, asociado a un cambio generacional en la percepción del matrimonio.