Los selfies están de moda, ya sea en la casa, en la calle, en las reuniones, en matrimonios, etc y hoy son un imparable fenómeno cultural y global, aunque, para algunos, no representen más que un mero narcisismo.
Las ganas de sacarse una foto y capturar ese momento siempre existieron, y para tener un selfie se necesita poco: un celular en el bolsillo, la tecnología de la cámara frontal que nos permite vernos a nosotros mismos mientras enfocamos, y la posibilidad de compartir la imagen al instante en una red social.
Pero ¿qué hay detrás del boom de los selfies?. Narcisismo o no, parece innegable su halo de signo de época del que nadie parece quedarse afuera: Obama en los funerales de Mandela, el astronauta Mike Hopkins en el espacio y hasta el Papa junto a unos jóvenes en San Pedro.
Hace poco Yahoo estimó que en 2014 se sacarán 880,000 millones de fotos, número estratosférico inflado por el fenómeno selfie.
“El selfie , esa pasión por autorretratarse, se inscribe en el éxtasis que han adquirido las imágenes y el mundo virtual en la sociedad contemporánea, una virtualidad que representa la realidad, brindando la ilusión de controlarla”, dice el médico psiquiatra y psicoanalista de la Universidad de París XII, Juan Eduardo Tesone, al diario La Nación de Argentina.
Para el especialista, a través de las fotos en la Web, principalmente los autorretratos, se solicita lúdicamente la mirada del otro en búsqueda de reconocimiento identitario, el grafismo de la firma reemplazado por la foto, el diario íntimo narrado en imágenes, y el cógito cartesiano del “pienso luego existo” por el “miro y soy mirado, por lo tanto existo”.
Por su parte, Carlos Pérez, director de la agencia publicitaria BBDO, consideró fundamental que para el éxito del selfie, este debe ser compartido, porque desde ahí puede entenderse el sentido y el éxito del concepto: en cada selfie hay un acto de expresión y un acto de autopromoción.
Aunque también reconoció que no todos los que hacen un selfie quieren vender su imagen a otros.
Asimismo, el actor estadounidense James Franco escribió para The New York Times sobre su preferencia por los selfies y aseguró que pierde entusiasmo cuando mira una cuenta donde no las hay. ¿Por qué? Porque quiere saber con quién está tratando. Con una mirada, la identidad digital, que también se construye con distintos tipos de selfies, indefectiblemente cobra importancia.
La última radiografía que se le sacó a este fenómeno está en manos de Selfiecity, un proyecto online que llegó a conclusiones como que las mujeres sacan más selfies que los hombres, tendencia que curiosamente se revierte cuando se superan los 40 años.
A mediados del año pasado, la agencia británica Opinium publicó un informe a nivel local que ya revelaba algunos datos interesantes: el 70% sacó un selfie para capturar un momento feliz o divertido, y la red social más elegida para compartirlo fue, por lejos, Facebook.
Atrás quedaron WhatsApp, Twitter, Snapchat o Instagram que, bajo el hashtag #selfie ya suma más de 83 millones de fotos.
Es que todas las redes sociales están construidas para generar hábitos en las personas. Así lo entiende Andrés Snitcofsky, director de Leadaki.com, que apunta que en esos “me gusta”, “te sigue”, “te retuitea” o “retuitea tu retuit”, la persona se afirma permanentemente. “Toda la arquitectura sobre la que se montan está hecha para masajear el ego –dice–. No es casual entonces que en este ámbito el selfie se haya vuelto un elemento paradigmático.”
Asimismo, Tesone señala que en esa publicación de autorretratos en la red se produce a veces una inflación narcisística que intenta recubrir el vacío que puede generar el temor al anonimato, que remite a la vivencia de no existir para el otro. Se intenta confirmar su propia identidad o producir una alteridad controlable en ausencia de un otro real, siempre incierto.
El sociólogo e investigador Marcelo Urresti cree que el concepto de selfie no es más que una denominación nueva para un fenómeno relativamente conocido. “La novedad radica en la instantaneidad: ahora predomina el teléfono como dispositivo y la subida en tiempo real a la Web. En este sentido, hay una aceleración que es novedosa”, dice.
Sin duda, los selfies seguirán en la mente de la población y muchos seguirán considerándolo algo banal. Pero tú, ¿te animarías a tener tu selfie?.