Nancy Portugal Prado
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Bien frío, tibio o caliente en los meses de invierno; el sake puede ser consumido a diferentes temperaturas y despertar en boca diferentes sensaciones.
“Hay tres elementos del sabor que son los que se evalúan al probar una copa de sake. Dulce, ácido y amargo están presentes en esta bebida tal y como ocurre con el vino”, destaca Keisuke Irie, secretario de la Samurai Sake Association de Japón.
La bebida tiene una consistencia fresca y un color transparente que devela su juventud de entre un año, y año y medio. Existen algunas variaciones como el espumante y el vintage ( añejo). Y también se puede consumir junto a otras bebidas para conseguir nuevos efectos en el paladar. Si se disfruta, por ejemplo, después del vino, limpia los taninos y transforma la sensación amarga por un sabor dulce.
El sabor del sake es tenue y el de la comida siempre estará por encima. Debido a su intensidad alcohólica, que oscila entre 15° y 17°, Irie recomienda beberlo con abundante agua.
“En la exportación de sake, Estados unidos es el primer destino, los siguientes son Corea, Taiwán , Hong Kong, Canadá y Brasil”, destaca.