EFE .- Route 91 Harvest, el festival de Las Vegas en el que este domingo fueron asesinadas al menos 58 personas y más de 500 resultaron heridas, es un evento dedicado a la música country que anoche cerraba las puertas de su cuarta edición después de tres días de conciertos.
El presunto autor de la masacre, Stephen Paddock, un hombre blanco de 64 años, disparó en repetidas ocasiones y desde una habitación en lo alto del hotel Mandalay Bay al recinto del festival que congregaba a más de 22,000 personas en esos momentos.
Según la información de la web oficial del festival, Route 91 Harvest contaba con dos escenarios en los que estaban previstas las actuaciones de artistas de country como Jason Aldean, Eric Church y Sam Hunt.
Aldean era el músico que se encontraba frente al público cuando comenzaron los disparos.
“Esta noche ha ido más allá de lo horrible. Todavía no sé qué decir, pero quería hacerles saber que mi equipo y yo estamos a salvo. Mis pensamientos y oraciones van para todos los afectados. Me duele el corazón de que esto sucediera a cualquiera que solo vino a disfrutar lo que debería haber sido una noche divertida”, dijo Aldean en un mensaje en Instagram.
Route 91 Harvest se celebraba en Las Vegas Village, un recinto multiusos y al aire libre de seis hectáreas de extensión que está situado en la parte oriental de la célebre avenida Las Vegas Boulevard, en la que se emplazan la mayoría de los casinos y hoteles más famosos y que es la principal arteria de ocio en “la ciudad del juego”.
Con capacidad para 25.000 personas y situado frente al hotel Luxor, Las Vegas Village limita al sur con Mandalay Bay Road, al este con la calle Giles, al norte con la avenida Reno y al oeste con Las Vegas Boulevard.
Según la investigación de las autoridades, el responsable de la masacre disparó contra los asistentes al festival desde la planta 32 del hotel Mandalay Bay, por lo que las balas cruzaron en diagonal la avenida Las Vegas Boulevard hasta alcanzar el recinto del evento.
El festival Route 91 Harvest contaba con seis entradas y, además de las actuaciones musicales, ofrecía a sus asistentes una variada oferta de entretenimiento con bares y restaurantes, tiendas especializadas en moda country, áreas VIP, atracciones y espacios de baile.
Las entradas para el festival se encontraban agotadas y sus precios oscilaban de los 210 dólares más gastos adicionales del abono estándar para tres días a los 750 dólares más cargos extra de la oferta más lujosa.
El festival estaba organizado por la promotora multinacional Live Nation, cuyo consejero delegado Michael Rapino mostró hoy en Twitter su tristeza por lo sucedido: “Nuestros corazones están con las víctimas de Las Vegas, sus familias y sus queridos que están de luto esta mañana, y con nuestros empleados de Live Nation”.