(Bloomberg) El promocionado complejo turístico Blackadore Caye de Leonardo DiCaprio, situado frente a la costa atlántica de Belice, está finalmente tomando forma.
El pasado viernes, se dieron a conocer los bosquejos de cómo lucirían los interiores de las estructuras una vez que la propiedad esté completamente terminada (lo que se estima para finales del 2018).El arquitecto diseñador principal, Jean-Michel Gathy, conocido por su trabajo con Aman y One&Only, se inspiró en las antiguas ruinas mayas de Belice, con diseños minimalistas que evocan sutilmente a las pirámides de Centroamérica al tiempo que se mantienen decididamente modernos, con techos de paja sobre una abundancia de materiales naturales como madera y mármol.
Habrá 36 viviendas residenciales y 36 búngalos para alquilar repartidos en 42 hectáreas (104 acres) de la isla.
“La meta es crear un proyecto fiel a la historia de la zona”, dijo Paul Scialla, socio de Blackadore Development Group. “La sostenibilidad y la integridad ambiental seguirán siendo las principales prioridades durante la construcción, que comenzará a principios del próximo año”, dijo. “Desde el punto de vista de los materiales, nuestro plan es abastecernos de la mayor cantidad posible de materiales locales que apoyen la economía local y minimicen las emisiones”.
Con ese objetivo, se descartaron los modernos búngalo sobre el agua, que fueron un gran gancho comercial en el furor inicial que se produjo el año pasado, cuando se dio a conocer la noticia de que el ganador del Oscar tenía intención de convertir su paraíso privado en un hotel.
El equipo de desarrollo dedicó seis meses a recoger las opiniones de los grupos de interés locales y de los ciudadanos sobre el proyecto antes de fijar los plazos de edificación, dice Scialla, lo que llevó a ese significativo cambio, entre otros. La sostenibilidad sigue siendo la palabra clave en Blackadore Caye.
Dentro de las casas y los búngalos, se están implementando las funciones ecológicas y de diseño con el objetivo de mejorar la calidad del aire, el agua y la luz para, si cree en lo que promociona el proyecto, “impulsar una mejor nutrición y agudeza mental”.
Por ejemplo, las habitaciones tendrán una iluminación circadiana, que modula el color y las longitudes de onda de la luz a lo largo del día para ayudar con los ciclos naturales de sueño y del despertar (azul por la mañana y tonos más cálidos por la noche).
Además, está previsto que el complejo adopte una política contra los combustibles fósiles y los químicos. Todo lo que se utilice para amueblar estos espacios también será examinado para que eliminar cualquier toxina residual.
En el exterior, se instalarán paneles solares para generar tanta energía renovable como sea posible, y también habrá una instalación de tratamiento de desechos y aguas de lluvia.
Todo esto ayuda a reducir el impacto ambiental de la construcción de un complejo turístico con múltiples usos en una isla que ya sufre de deforestación, sobrepesca y erosión en sus costas.
Según la conocida defensa medioambiental de DiCaprio –y esta es, después de todo, su isla privada– Blackadore planea convocar a ecologistas, biólogos marinos y expertos en zoología para abordar esos problemas y supervisar la rehabilitación del cayo y, por ejemplo, plantar flora nativa y crear una defensa adicional para arrecifes y la cría de peces.
Una vez en funcionamiento, se espera que el complejo turístico cree 400 empleos permanentes, desde el personal del hotel hasta los trabajadores de las granjas orgánicas circundantes. Scialla dice que el grupo estima que el complejo creará ingresos de aproximadamente 400 millones de dólares beliceños (US$ 200 millones) durante los próximos 20 años. No se saben todavía cuáles serán los precios de las residencias o las tarifas del hotel.