(Bloomberg) Los embarazos de adolescentes disminuyen tan rápido en partes del Reino Unido que las tasas de concepción de las mujeres mayores de 40 años pronto podrían superar las de las jóvenes que tienen menos de la mitad de su edad.
Se trata de un cambio notable para las jóvenes de Inglaterra y Gales, mientras que aquellas más maduras gozan de mejor salud y aprovechan tecnologías más avanzadas para las parejas que no pueden concebir de forma natural.
Los porcentajes de embarazo adolescente son ahora los más bajos desde que se comenzó a llevar el registro en 1969, mientras que la tasa de concepción en mujeres mayores de 40 años ha aumentado a más del doble desde 1990, según datos de la Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido para el 2015 difundidos esta semana.
Los investigadores atribuyen el descenso en buena medida a la mejora de la educación, el acceso generalizado a la anticoncepción gratuita y el mayor estigma social.
En el 2015, 21 de cada 1,000 adolescentes de entre 15 y 17 años quedaron embarazadas, un 50% menos que en el 2007. Al mismo tiempo, la cantidad de abortos practicados en niñas de ese grupo etario también se ha reducido alrededor de la mitad.
Estrategia
El éxito de la lucha contra el embarazo adolescente llega en momentos en que Estados Unidos evalúa eliminar el financiamiento a Planned Parenthood, una importante organización proveedora de cuidado médico y abortos, lo que reanima el debate sobre la planificación familiar.
El proyecto de ley de la Cámara de Representantes que busca reemplazar la Ley de Cuidado de Salud Accesible eliminaría la totalidad del dinero que percibe el grupo, que proporciona abortos pero no utiliza directamente fondos federales para los servicios.
Esa medida sería “un desastre”, manifestó Kaye Wellings, profesora de investigación en salud sexual y reproductiva de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
“Hay un debate en curso en Estados Unidos sobre si se necesita educación o anticoncepción”, dijo Wellings. “Es un debate absurdo: la educación no le impidió a nadie quedar embarazada. Proporciona la motivación para no quedar embarazada. La anticoncepción proporciona los medios por los cuales se puede evitar el embarazo. Se necesitan las dos cosas”, agregó.
El Guttmacher Institute, una organización de políticas de salud sexual y reproductiva en Washington y Nueva York, estima que sin servicios de planificación familiar financiados con fondos públicos los porcentajes de embarazo adolescente en Estados Unidos serían 73% mayores que en la actualidad.
La Casa Blanca ha dicho que apoyaría el financiamiento a Planned Parenthood si dejara de ofrecer abortos.
Gran Bretaña ha utilizado una estrategia integral para combatir el embarazo adolescente. En 1999, el gobierno laborista lanzó una gran campaña y destinó centenares de millones de libras esterlinas a la expansión de los servicios de anticoncepción y a mejorar la educación sexual.
Durante años, la estrategia pareció no funcionar. Los porcentajes de embarazo adolescente se mantuvieron en 40%-44% hasta el 2008. Pero de pronto las tasas comenzaron a disminuir año tras año alrededor de 12%.
Para el 2015, cuando los primeros bebés nacidos en el marco del nuevo programa del gobierno cumplieron 16 años, la proporción había declinado a 21 concepciones cada 1,000 adolescentes.
Una evaluación publicada en The Lancet por parte de Wellings y otros académicos el año pasado encontró que la estrategia “probablemente contribuyó” a la caída. Un factor importante: en el 2012, el gobierno requería que los niños permaneciesen en el colegio o escuela vocacional hasta los 17 años, indicó Wellings.
Otros, como David Paton, un profesor de economía de la Escuela de Negocios de la Universidad de Nottingham, son más escépticos. Él señaló sus dudas de que un gasto a fines de los años 90 pudiera estar ligado a una caída en el número de embarazos que se materializó casi una década después. Además, dijo, recortes al programa por austeridad no han afectado el declive.
Cualquiera la causa, es evidente que las mujeres británicas están esperando para formar sus familias. La mujer británica promedio da a luz por primera vez a los 30 años, y la tasa de concepción de una mujer de 40 años o más subió de 6.6 de cada 1,000 en 1990 a 15.1 en 2015, según datos del gobierno.