(Bloomberg) Él es infiel. Ella quiere el divorcio. Él le ruega que lo perdone. Ella se quedará, por un precio: si alguna vez realmente se divorcian, ella quiere la casa, el auto y una buena parte de sus otros bienes.
Ese tipo de convenio es posible con un acuerdo posnupcial, un contrato legal entre esposos que quieren seguir juntos para definir lo que pasará si el matrimonio llega a su fin.
También conocido como acuerdo posmarital, es una variante cada vez más difundida de los acuerdos prenupciales que las parejas comprometidas vienen firmando desde hace décadas.
A menudo, para firmar acuerdos posnupciales las parejas tienen razones muy diferentes de las que las llevan a firmar los prenupciales. Y como los posnupciales son más nuevos y menos comunes, es muy difícil predecir si los tribunales les harán lugar.
La abogada de divorcio Linda Ravdin, socia del estudio jurídico Pasternack & Fidis de Bethesda, Maryland, está entre los expertos más destacados de Estados Unidos en ambos acuerdos. Ha escrito libros sobre el tema para la American Bar Association y para Bloomberg BNA Tax & Accounting.
“Todos los estados reconocen la validez de los acuerdos prenupciales”, dijo Ravdin. La gente suele suponer que es fácil lograr que una corte de divorcio desestime un acuerdo prenupcial, pero ese es un mito. Los acuerdos prenupciales sí son cuestionados muchas veces, pero casi nunca se los descarta”, agregó.
Los acuerdos posnupciales están en un terreno más resbaladizo. Algunos estados tienen reglas claras; en otros, las leyes y los precedentes son vagos.
Entonces, cuando se firma un acuerdo posnupcial, hay que ser cuidadoso, dijo Ravdin. “Hay que hacerlo bien”. Aun con la mejor asesoría legal, a menudo hay incertidumbre respecto de si un acuerdo posnupcial se ratificará y en qué forma se lo hará.
Diferentes historias
Unos y otros son tratados de manera diferente porque tienen historias diferentes. Durante miles de años, las parejas que iban a casarse –o generalmente sus familiares– hicieron convenios antes de la boda, intercambiando propiedades y estableciendo otros derechos y obligaciones. Esos antiguos acuerdos premaritales se referían a la vida después de la muerte, no al divorcio.
Luego, en los últimos 50 años, en Estados Unidos fue posible firmar un acuerdo prenupcial para una situación en que ambos esposos todavía están vivos.
Los acuerdos posmaritales tienen una historia más corta. La culpa es del sexismo. Hasta el siglo XX, las esposas no tenían poder legal para firmar un acuerdo posnupcial. “Eran jurídicamente incapaces para firmar un contrato con su esposo”, dijo Ravdin. Esas leyes se eliminaron, pero las legislaturas estatales las cambiaron gradualmente de diversa manera. Algunos estados permiten explícitamente los posnupciales.
Otros no se han pronunciado o tienen reglas estrafalarias para, por ejemplo, la pensión. En 2012, los expertos propusieron un enfoque más unitario, la Ley de Acuerdos Premaritales y Maritales Uniformes, pero solo se la ha promulgado en dos estados, Colorado y Dakota del Norte.
Sin embargo, los acuerdos posnupciales están adquiriendo más popularidad. La mitad de los miembros de la Academia de Abogados Matrimoniales de Estados Unidos dijo en una encuesta a fines de 2015 que les estaban pidiendo que redactaran más acuerdos posnupciales. Solo 2 por ciento dijo que estaban manejando menos.
Hay dos razones comunes para que las parejas recurran a Ravdin a fin de que les elabore un contrato posnupcial. A veces, simplemente se quedaron sin tiempo antes de la boda para firmar un acuerdo prenupcial tradicional y buscan entonces uno posnupcial.
Esto obviamente es un error, dado cuánto más difícil es hacer cumplir los posnupciales. La otra razón, dijo, es que: “Una pareja está distanciada, pero está dispuesta a darse la oportunidad de una reconciliación”.