(Bloomberg) Mientras el presidente electo Emmanuel Macron enfrenta el desempleo obstinadamente alto de Francia, puede mirar a un sector de bienes de lujo que aplaudió su victoria como una industria que está creando puestos de trabajo.
LVMH, el fabricante del equipaje Louis Vuitton, las joyas Chaumet y el coñac Hennessy, aumentó su nómina en Francia en unos 4,000 empleados el año pasado.
Mientras los fabricantes de electrodomésticos y de neumáticos trasladan la manufactura al exterior, la compañía incluso agregó 760 empleos fabriles y de producción en el país, dijo la directora de recursos humanos, Chantal Gaemperle.
“Estamos contratando en todas las jerarquías y en todas las áreas del negocio”, dijo en una entrevista. “Estamos añadiendo puestos de trabajo de artesanos y personas que trabajan en las fábricas, incluso aquí en Francia”.
La fabricación de maletas de US$ 5,000 y de coñac de US$ 200 no compensará un descenso en otros sectores manufactureros, lo cual ha eliminado empleos y fomentado el apoyo a la oponente populista de Macron, Marine Le Pen.
El número de puestos de trabajo fabriles ha disminuido a cerca de 3 millones ahora, de poco menos de 4 millones hace 15 años, según la asociación sectorial industrial GFI.
Apoyo de Arnault
Sin embargo, la contratación de personal por parte de empresas de bienes de lujo demuestra que la producción nacional sigue teniendo sentido en ciertas industrias menos sensibles a los precios, en las cuales los clientes exigen la procedencia francesa.
El máximo responsable de LVMH, Bernard Arnault, el hombre más rico de Francia, respaldó a Macron, diciendo que el programa económico de Le Pen amenazaba las exportaciones francesas. Louis Vuitton vistió a la esposa del presidente electo en actos de campaña.
Otras empresas
LVMH no es la única compañía de lujo francesa que suma puestos de trabajo en el país. Hermès International planea contratar y capacitar a otros 250 trabajadores de cuero en Francia este año para satisfacer la demanda de sus bolsos Kelly y Birkin, dijo el mes pasado el máximo responsable, Axel Dumas.
En total, Hermès empleó 7,881 personas en el país en 2016, alrededor de 60% de su total mundial. Los altos salarios y las restricciones para el despido han afectado particularmente a los fabricantes de bajo margen.
Conforme han transferido la producción al exterior, marcas de lujo como Vuitton y Hermès han adquirido una mayor importancia para la industria textil y de moda de Francia, que emplea a 135,000 personas en la producción, según un estudio realizado en 2016 por el Instituto Francés de la Moda y la agencia estatal de estadísticas INSEE.
“El único segmento de la industria textil y de moda francesa que es estable o incluso se está expandiendo es el cuero”, dijo Franck Delpal, economista del instituto. “Esto se debe principalmente a dos marcas que impulsan el sector: Hermès y Louis Vuitton”.
El reto de contratar personal de plantas y talleres, en particular para la artesanía especializada como la producción de joyería, ha llevado a los grupos de lujo a expandir ampliamente la búsqueda de reclutas.
En el Festival Internacional de Moda y Fotografía en la ciudad mediterránea de Hyères el mes pasado, los visitantes podían participar en talleres gratuitos ofrecidos por una casa de bordado de lujo de propiedad de Chanel SA.
Desde 1985, Chanel ha invertido en una docena de tales organizaciones especializadas en un intento por preservar habilidades especiales, comprendidos sombrereros y fabricantes de guantes franceses.
“Estamos tratando de crear conciencia y hacer que la gente piense acerca de estos trabajos, que a veces la gente ni siquiera sabe que existen”, dijo Gaemperle, de LVMH. “Queremos que la gente de aquí sepa que puede postularse a Chaumet, o a Vuitton”.