Bloomberg.- Los viajeros han reservado 369 millones de viajes internacionales en lo que va del año, una cantidad increíble equivalente a casi 1.6 millones de viajes al día. Hasta la fecha, son 21 millones más de sellos de pasaporte que los alcanzados a comienzos de 2016.
Y algunos de los destinos más populares sencillamente no pueden gestionar el volumen.
Fijémonos en Venecia, sin ir más lejos. En tanto la ciudad se debate con la amenaza de mareas más altas, también se ve inundada por barcos de crucero y un turismo masivo, que transforman un paraíso romántico en una mezcla de Disney World y Times Square.
Ámsterdam, Barcelona y Dubrovnik también están sintiendo la crisis. Este año todas tomaron medidas para reducir el turismo, considerándolo más una carga para los lugareños que un bastión de oportunidades económicas.
“Estos problemas de congestionamiento están en gran parte ligados a los cruceros”, dijo Melissa Biggs Bradley, fundadora y máxima responsable del club de socios de viajes Indagare.
“En Dubrovnik, cuando llegan dos barcos de crucero a puerto y hay 3,000 personas más en la ciudad vieja, la experiencia es totalmente distinta. Sin los barcos de crucero en la ciudad, es posible imaginar cómo era hace cientos de años, y cuando están ellos, no se puede ver nada”.
Otros problemas se relacionan con la mala gestión en los sitios ambientales y que son patrimonio de la humanidad.
“Angkor Wat se ha convertido en el lugar más visitado del sudeste asiático, en gran medida gracias a cómo se abrió el mercado de viajes de la clase media china”, dijo Bradley.
Ahora, los pobladores temen que el intenso tráfico peatonal haga que el monumento se hunda y han propuesto soluciones que incluyen un sistema de permisos estrictamente controlado.
De todos modos, algunos trotamundos son imperturbables. A sus clientes resueltos, Bradley les recomienda visitas fuera de temporada (por ejemplo Venecia en febrero).
También sugiere ir contra corriente y hacer el Caribe en verano y Europa en invierno, o analizar los itinerarios de cruceros para evitar ciudades atestadas cuando se aguardan barcos en puerto.
No obstante, no todos los destinos se adaptan a viajes fuera de temporada (¿Machu Picchu en la estación lluviosa? No, gracias). Y algunos están alejados de los puertos. Por ahora, la mejor opción parece ser ir a otra parte.
Los siguientes son lugares que están frenando el turismo este año… y destinos alternativos para un viaje comparable (pero menos masificado).
En lugar de Venecia…
Pruebe Colmar, en Francia. Si lo que quiere es un paseo en góndola por canales pintorescos (y una cocina local increíble) cambie Venecia por la deliciosa ciudad francesa de Colmar, con una ubicación de primer nivel sobre la ruta del vino de Alsacia.
Otra buena opción: Annecy es una localidad lacustre alpina en el sureste de Francia, donde se puede navegar en lanchas rápidas y comer croissants en los Jardines Europeos ribereños.
En lugar de Machu Picchu…
Pruebe la Isla de Pascua. En Perú, las muy mentadas restricciones a los ingresos diarios a Machu Picchu finalmente entraron en vigor en julio, limitando las entradas a horarios cuidadosamente gestionados que también exigen a los visitantes presentarse con un guía matriculado que puede, entre otras cosas, aplicar la norma de prohibir los brazos extensibles para selfies.
Para evitar el problema, diríjase al oeste --muy al oeste-- hasta la isla polinesia llena de Moáis, frente a la costa de Chile.
Otra buena opción: Antigua, Guatemala, todavía no ha ganado la categoría de capital cultural que merece. Al igual que Cusco, en Perú, la ciudad desborda carácter colonial.
En lugar de Ibiza…
Pruebe Hvar. Tanto Mallorca como Ibiza están estableciendo este mes restricciones al turismo, incluidos máximos para el número de camas de hotel y departamentos de Airbnb disponibles en todo momento.
Si lo que usted busca para 2018 es un verano con fiestas nocturnas y dormir en la playa, diríjase a Hvar.
Comparte el glamour de los yates de Ibiza con la fama de clubes de playa excelentes que han venido ganando impulso en este último decenio.
Y las nuevas campañas de limpieza en la isla garantizan el buen tono: el nuevo alcalde Riki Novak reduce el desenfreno con amenazas de fuertes multas, lo cual deja bien claro que Hvar no quiere a los mochileros sin camisa y alcoholizados.
En lugar de Ámsterdam…
Pruebe Hamburgo. Durante años, los habitantes de Ámsterdam celebraron el mote: “la Venecia del Norte”. Ahora lo ven como un grito de advertencia.
La ciudad de 850,000 habitantes recibió 17 millones de habitantes el año pasado, y los políticos frenaron el desarrollo hotelero (y fijaron reglas estrictas para Airbnb, reduciendo al mismo tiempo el presupuesto de comercialización de la oficina de turismo) para limitar a los ruidosos turistas bebedores de cerveza y mantener la calidad de vida para los residentes.
La ciudad portuaria de Hamburgo, por su parte, está comenzando apenas a mostrarse a los viajeros globales.
Igual que Ámsterdam, su ciudad vieja bordea una serie de canales espejados, sus sólidos edificios tienen fachadas de ladrillo y techos cobrizos patinados y tanto coches como bicicletas atraviesan sus estrechos puentes.
También una buena opción: Estocolmo, por sus edificios costeros barrocos, dispuestos sobre una cadena de islas pintorescas.