(Bloomberg).- El nuevo presidente de la FIFA reveló un vasto plan estratégico para el fútbol que incluye grandes cambios en la manera en la que la Copa Mundial funcionará, conforme el deporte trata de dejar atrás un escándalo financiero que casi conlleva al colapso del órgano directivo.
El torneo será administrado por la FIFA desde su sede principal en Zúrich, a partir de la competencia de 2022 en Qatar, dijo el jueves el presidente Gianni Infantino, mientras presidía la primera reunión del Consejo de la FIFA, el órgano más importante de la organización.
La jugada quitará a los países huéspedes el control de la mina de oro de US$ 5,000 millones, lo cual quiere decir que los futuros huéspedes, que podrían incluir a Estados Unidos en el 2026, estarán probablemente limitados a desarrollos de infraestructura y al suministro de seguridad.
Infantino, de 46 años, un líder inesperado para el fútbol mundial, después del escándalo de 2015, expuso otros planes para mejorar el posicionamiento global de la FIFA y reforzar el apoyo de las naciones miembro a las que prometió regalos en efectivo cuando intentaba ganar las elecciones en febrero. La FIFA invertirá US$ 4,000 millones en el transcurso de la próxima década para incrementar el número de participantes en el deporte del 45% al 60% de la población del mundo, y quiere duplicar el número de mujeres que practican el deporte a 60 millones para el 2026.
La crisis de la FIFA.
Las grandes decisiones relativas a la Copa Mundial de la FIFA serán tomadas por la administración de la FIFA, similar en funcionamiento al modelo operativo de la Eurocopa, un torneo administrado por la UEFA, para la que Infantino trabajaba antes. El presidente ha expresado querer incrementar el número de equipos que participan en el torneo de 32 a 48. El Consejo de la FIFA pondrá a votación la decisión de expandir el torneo, y de ser así por cuantos equipos, en enero.
La crisis de la FIFA proviene de la elección de su comité ejecutivo, de 24 miembros en ese entonces, de Qatar y Rusia para ser los anfitriones de las dos próximas Copas Mundiales, dijo la semana pasada su vicepresidente Victor Montagliani. Estos países fueron elegidos, incluso después de haber sido catalogados como los de mayor riesgo por un grupo técnico de la FIFA. Alertas de este tipo no serán ignoradas, de acuerdo a los nuevos planes. Desde su elección, los funcionarios decidieron que Qatar es muy caliente para llevar a cabo el torneo durante el período habitual de junio a julio, así que cambiaron la fecha del torneo para diciembre, afectando así de manera significativa el calendario global de fútbol.
Asimismo para reducir el mal uso de sus fondos de desarrollo que superan récords, la FIFA planea abrir 11 oficinas regionales para 2018.
Poder limitado
Los cambios también parecen afectar el poder del Consejo de la FIFA, un grupo cuyo nombre era anteriormente el Comité Ejecutivo pero que cambió después del escándalo. Varios miembros del comité fueron acusados en el caso de corrupción de Estados Unidos. Los cambios en las reglas aparentemente transferirán gran parte del poder que tenía el Comité a los profesionales de sus rangos administrativos. Sin embargo, el cambio en una regla impulsado por Infantino este año permitirá que la rama ejecutiva pueda contratar y despedir líderes de los órganos de supervisión encargados de prevenir las infracciones.
El enfoque en el estilo de vida de los funcionarios más importantes de la FIFA se intensificó después de los arrestos en un lujoso hotel en mayo de 2015. Los miembros del Consejo, que deben asistir a reuniones trimestrales, siguen teniendo pagas de US$300.000 al año, viaje y hospedaje en hoteles de cinco estrellas, además de US$500 para gastos diarios para ellos y para sus parejas. La revisión del nuevo secretario-general de las pagas y beneficios de estos funcionarios pondrá a riesgo estas ventajas.