(AFP) El paraguayo Alejandro Domínguez, que tomó las riendas de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF) a principios del 2016, dijo este miércoles que quedó abrumado por el nivel de corrupción en la organización.
“Encontramos una Conmebol que tenía como objetivo el dinero, y el fútbol era un medio”, dijo el dirigente en una rueda de prensa en Buenos Aires, antes de la Recopa Sudamericana que enfrentará a River con Independiente Santa Fe de Colombia.
Agregó que “el edificio de la Conmebol tenía inmunidad diplomática, que se transformó en impunidad. Pasamos del siglo 19 al siglo 21”.
Aseguró que la Confederación con sede en Asunción trabajaba “en colaboración abierta con la justicia de Estados Unidos”, que ha inculpado a numerosos dirigentes de la Conmebol por desvíos de fondos vinculados a los derechos de TV de las competencias organizadas por la Conmebol.
Ahora el ente que representa los intereses de las diez federaciones de Sudamérica se prepara para estar “en el juicio como víctima, pidiendo que la plata sea restituida al fútbol sudamericano”.
“Cuando entrábamos a Conmebol -relata Domínguez-, nos dimos cuenta que entrábamos a una estructura sin organización, a algo que yo identificaría como un feudo personal. Hasta diría que era un negocio personal, una estructura que se manejaba a voluntad discrecional de ciertas personas y que nunca rindió cuentas”, denunció.
En Buenos Aires, el paraguayo se reunía con los presidentes de las diez asociaciones para convencerlos de la necesidad de cambiar los estatutos de la Conmebol.
Su idea es dotar a la CSF de “estatutos parecidos a los de la Fifa, disminuyendo los poderes del presidente y fortaleciendo la figura del secretario general en la gestión de la organización. “Descentralizar el poder y presentar cuentas claras”, prometió Domínguez, un empresario de 44 años.