Si bien los mercados de películas de estreno y de libros en Lima Metropolitana no son ajenos a la piratería, son los menos golpeados por esta, y la venta de productos originales es mayor, en comparación con los mercados de música y software, que son los más afectados por este delito.
Según el estudio “Consumo de piratería en mercados digitales y físicos”, realizado por la carrera de Marketing de la USIL, en los últimos 12 meses el 70% de limeños ha consumido, al menos una vez, una película de estreno original y el 41% adquirió un libro original. En contraparte, solo el 25% y 29% de limeños adquirieron, al menos una vez, productos originales en música y software, respectivamente.
Para el investigador de la USIL, Jaime Briceño, los factores que contribuyen a que haya menor consumo de piratería en los mercados de películas de estreno y de libros son que los limeños perciben que en estos mercados hay una mayor diferenciación entre los productos piratas y originales por la calidad y la experiencia que brindan.
“El consumidor percibe que ir al cine a ver una película de estreno es mejor en calidad y experiencia que adquirir una versión pirata, y en el caso de los libros hay un tema de considerarlos objetos de colección y de heredarlo ”, dijo.
Asimismo, indicó, el propio entorno social considera negativo y de falta de ética adquirir estos tipos de productos piratas, por considerar que hay detrás de estos todo un trabajo intelectual.
Detalló que estos factores influyen en que en Lima Metropolitana por cada producto de película de estreno original que se consume uno solo sea pirata; y en el caso del mercado de libros, por cada producto original se consumen 1.4 productos piratas.
En cambio, por cada producto original de música se adquieren 3.5 productos piratas, y por cada producto original de software se consumen 1.9 productos piratas, debido a que los consumidores no ven mayor diferenciación entre consumir un producto pirata y uno original, y el entorno considera que adquirir las versiones piratas de estos productos es una manera de regular el mercado comprando los productos a precios bajos.
Y consideran que es más fácil consumir productos piratas en música y software que uno original en un 61% y 74%, respectivamente.
Por su parte, el también investigador de la USIL, Carlos Guerrero, explicó que un factor importante que viene contribuyendo al consumo de productos piratas en estos mercados son las descargas gratuitas online, que crecen cada vez más, incluso por encima de la descarga de medios físicos (CD, DVD, etcétera).
En el caso del mercado de software, las descargas gratuitas se dan en un 47% versus un 36% de descargas físicas. Y es el segmento de los jóvenes entre 18 y 24 años del NSE A el que impulsa el crecimiento de las descargas gratuitas, por su mayor acceso a la tecnología, así como por los conocimientos que tienen, dijo.
Recomendaciones
En ese sentido, Jaime Briceño recomendó que, más que enfocarse en la disminución de precios para competir con la piratería, las empresas de los mercados de música y software deben trabajar en brindar valor agregado a sus productos que les permita a los consumidores percibir una diferenciación en la adquisición de un producto original a uno pirata, a través de ofrecer promociones, ofertas, y brindar una experiencia satisfactoria.
Resaltó que el consumidor es cada vez más exigente y se debe trabajar más en darle una propuesta de valor atractiva que justifique pagar más por un producto original.
Las claves
Consumo. Los consumidores limeños no compran solo productos piratas o solo originales, sino que, dependiendo de los momentos y espacios, compran uno u otro, dijo Briceño.
Descargas. Las descargas gratuitas en películas de estreno y de libros son de 32% y 47% del total de productos piratas que se adquirieron en estos mercados en el último año, según el estudio.
Percepción
La mayoría de la población limeña justifica que se dé la piratería, sobre todo los NSE más bajos, al considerar que es una forma de trabajo válida, de adquisición de productos por necesidad, y la única manera para que muchos accedan a ciertos productos, entre otros, mencionó Jaime Briceño. La mayor percepción negativa sobre la piratería se da en los segmentos altos y en los adultos entre 39 y 45 años, agregó.