El premio Óscar es el evento más popular y costoso de la industria del cine. El próximo 28 de febrero se celebrará la edición número 88, pero los millones hace mucho ya empezaron a circular entre el dólar y los millones.
Por ejemplo, uno de los sectores que invierte más dinero en torno a esta ceremonia es la publicidad. Un comercial de 30 segundos de duración emitido en las pausas de la premiación cuesta alrededor de US$2 millones, frente a los US$4 millones y medio que llega mover el Super Bowl. Por ello, solo marcas millonarias apuestan por esta opción. Entre ellas Coca Cola, McDonalds, Walt Disney y Netflix.
Además, la cena para los casi 3,000 invitados –de los cuales solo unos 250 son celebridades– bordea los US$2 millones. Por ejemplo, en el 2014, el chef australiano Wolfgang Puck reveló que solo en trufas blancas, utilizadas en uno de los platos, gastó US$35,000 y otros US$87,000 en botellas de champagne Thienot.
Por otro lado, el costo de la fiesta posterior a la ceremonia del Óscar puede superar los US$6 millones. Asimismo, los 1,500 metros cuadrados de la alfombra roja pueden costar entre US$25,000 y 30,000, mientras las casi 2,000 limusinas alquiladas para el evento cobra, cada un,a alrededor de US$100 por hora.
Curiosa labor
El Teatro Dolby, donde se realiza la premiación del Óscar, tiene capacidad para unas 3,330 personas, pero los invitados no cubren la cifra total. Por ello, para esta ocasión especial, la Academia contrata a “llenadores”, personas externas al evento cuya función es cubrir los asientos vacíos. Su ganancia, por las dos o tres horas de la ceremonia, es de US$125 por persona.
Lo más económico
La estatuilla de los premios Óscar tiene un valor oficial de nada menos que US$1. Ello debido a que desde 1950, todos los ganadores de este galardón deben firmar un contrato en el que les prohíben vender el trofeo sin antes ofrecerla a la Academia por el monto establecido. Pese a ello, existen varias estatuillas en venta en el mercado negro con precios exorbitantes.