(Reuters).- El operativo de seguridad que encabezó el alcalde de Roma, Ignazio Marino, para la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II, dos de los Papas más importantes del Siglo 20 habría tenido un costo estimado de casi US$ 10 millones.

Alrededor de 10,000 policías y cientos de personas estuvieron encargadas de la seguridad, la cual incluyó diversos equipos paramédicos que estuvieron desplegados en la capital italiana, donde grandes zonas permanecerán cerradas al tráfico.

Entre los visitante que tuvo el Vaticano para tan importante evento están miles de peregrinos de Polonia que llegaron en trenes durante la noche del sábado y muchos de ellos pasaron la noche orando en las iglesias romanas que estarán especialmente abiertas.

A pesar de la amenaza de una lluvia torrencial, miles de peregrinos se reunieron en grupos en el centro de Roma, o cerca de la Plaza de San Pedro, con la esperanza de asegurar un lugar cuando se abrió al público desde las primeras horas del domingo.

El nombramiento del papa Francisco, nacido en Argentina, ha inyectado nuevo entusiasmo a una iglesia acosada por escándalos sexuales y financieros durante el papado de su predecesor, Benedicto XVI, quien renunció el año pasado en un paso que no se veía desde la Edad Media.

Juan XXIII, que lideró la Iglesia Católica entre 1958 y 1963 y que convocó el reformista Concilio Vaticano II, y Juan Pablo II, el polaco que encabezó al mundo católico durante casi 27 años y jugó un papel de liderazgo en la escena mundial, fueron declarados santos hoy por el papa Francisco.

La enorme popularidad de Francisco ha añadido atractivo adicional a una ceremonia sin precedentes que llevará a la santidad a dos ex dirigentes de la Iglesia Católica.

Sin embargo, si bien ambos son ampliamente venerados, también ha habido críticas que apuntan a que Juan Pablo II, que murió hace sólo nueve años, ha sido canonizado demasiado rápido.