Por mucho tiempo el encanto del marketing se enfocó en cautivar la mirada. Sin embargo, el cuerpo humano es un conjunto de sentidos, donde el olfato puede transportarlo hacia los olores del recuerdo.
Se imagina sentir el aroma de galletas de avena recién horneadas, o relajarse en el cine gozando de unas palomitas de maíz. ¿Y qué mejor si su marca puede transmitir eso y más?
El poder del olfato
Según Carlos Amorós, gerente general de Aromátika, los aromas se han convertido en parte fundamental de las acciones de una marca que quiere ser recordada. Pero el ejecutivo gusta de diferenciar entre aromatizar un espacio y crear el olor específico de una marca.
Sostiene que la primera permite tener un objetivo más inmediato. Por ejemplo, en un aeropuerto, ¿imagina una máquina expendedora de café donde un aroma a grano recién molido lo llame a comprar una taza? Bueno, se ve que estos olores invitan a más de uno a tomar una decisión de compra rápida.
Lo mismo sucede si entra a una tienda de chocolates, donde todos los productos están empaquetados, pero el olor dulce sigue penetrando en el ambiente. O si va al cine, a pesar de ya estar almorzado, y compra una cesta repleta de canchita recién hecha. Los aromas no solo persuaden la mente, sino también al estómago.
En el caso de una marca, Amorós cree que es distinto. El olor de una marca debe diferenciarla de otras. Debe ser exclusivo y, sobre todo, debe gustar al público objetivo.
Para ello se hace una prueba de unos dos o tres meses, después de elegidos los aromas, donde se hace un estudio entre los clientes. ¿El resultado? Lograr que su marca no desaparezca a través del tiempo.Por ejemplo, en un hotel como Los Delfines decidieron apostar por aromas más elegantes y que inviten al descanso.
Es recomendable que una marca que ya cuenta con un olor específico no lo cambie.
“Trabajamos mucho para conseguir el aroma, damos la exclusiva y la marca busca que se genere una asociación del olor, fidelización y recordación”, agrega.
Al ritmo de buena música
Con estilo. El gerente sostiene que el tema de la música es básico para acciones específicas como relajar al cliente o invitarlo a un ritmo de consumo más rápido. “Buscamos qué estilo musical es el que favorece a tu marca y/o servicio que sea de agrado a su target”, comenta.