Blockbuster fue el primero en presenciar cómo su participación de mercado caía ante la aparición Netflix. Hoy en día, las grandes cadenas de TV cable, que también se dedican a producir propio contenido, están viendo cómo este territorio está siendo invadido por la distribuidora.

House of Cards, la serie política financiada por Netflix, ha recibido nueve nominaciones a los premios Emmy. Con protagonistas como Kevin Spacey, poseedor de un Oscar por su rol en American Beauty (1999), y Robin Wright, la producción de la primera temporada de la serie ha tenido así excelentes resultados.

En total, las propias producciones de Netflix recibieron 14 nominaciones al referido galardón. Solo la primera en mención ha tenido un costo, hasta el momento, de US$ 100 millones.

Según recoge el diario La Tercera, el 2012, la compañía tuvo ingresos de US$ 3.609 millones, pero una utilidad de apenas US$ 17,1 millones (US$ 376 millones en 2011 y US$ 283 millones en 2010). En Bolsa su valorización bursátil se acerca a los US$ 15 mil millones.

El declive de las utilidades tuvo su origen en un gasto en investigación y desarrollo. En total, con US$ 329 millones, este gasto configura un sólido 9% de los ingresos.

Así, la inversión en contenido propio ha sido una de las grandes claves de Netflix, que hoy compite con las grandes cadenas ABC, CBS, NBC y Fox. La estrategia de la firma es bien percibida en el mercado, al observar su comportamiento bursátil.

Las 1.000 millones de horas transmitidas al mes en películas y series, incluidas aquellas de contenido propio, hacen de Netflix también el operador más grande de su nicho, como HBO GO en Estados Unidos, SkyGo y BBC iPlayer en Gran Bretaña, o el Prime Video de Amazon, y Hulu.com, entre otros, refiere el medio chileno.