Sandra Vargas Gutiérrez
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Cuando Nolberto Solano no jugaba, observaba o analizaba fútbol, tocaba la trompeta. Salsa, de preferencia. De Héctor Lavoe o Cheo Feliciano. Pero a sus 41 años, el ex futbolista, lo hace cada vez menos: “Cuando jugaba fútbol en Inglaterra, me juntaba con músicos de allá y tocábamos de todo. Tomó tiempo que agarren el ritmo, pero lo lograron”. “Ñol” lamenta que esa pasión se haya marchitado y culpa al tiempo. “A veces la edad nos vuelve flojos”, comenta.
Pero el asistente técnico de la selección peruana de fútbol no ha perdido el gusto por la cocina: “Mi plato fuerte es el lomo saltado”. Aprendió esta actividad cuando vivía solo en el extranjero y hasta hoy la sigue practicando. Y como su mamá es arequipeña, el “Maestrito” creció con un paladar exigente. Por eso, continuamente ve programas de cocina, pues quiere perfeccionarse.
Además, Solano no suele ir al cine, al teatro ni leer mucho, salvo temas relacionados al deporte rey. Sin embargo, puede pasar horas viendo documentales sobre historias de diferentes países: “Me pego mucho con los programas de Discovery Channel y otros canales. Siento que aprendo con ellos”.
El apodo
En 1997, Nolberto Solano tenía 23 años, un tricampeonato acuestas con Sporting Cristal y una Copa América, en la que Perú solo disputó la primera fase. Esa experiencia le abrió las puertas a Boca Juniors, donde cumplió un sueño: conocer a Diego Armando Maradona. “Fue algo que ni siquiera se me cruzaba por la cabeza. No lo veía ni en una bola mágica. Tenía ilusión de verlo algún día, como cualquier chiquillo hoy quisiera encontrarse con Lionel Messi”, cuenta.
Maradona, con 36 años, justo había decidido volver a jugar con los bosteros en aquel barrio porteño de La Boca. Una mágica casualidad para “Ñol”, a quien se le podían enredar las palabras al estar cerca a su ídolo, pero sus pies nunca perdían agilidad. Y en un entrenamiento, el técnico Héctor Veira le pidió al equipo practicar tiros libres y Solano lo hizo justo después de Maradona. “Vio cómo pateé y le preguntó en voz alta al “Bambino” –entrenador del equipo– de dónde había sacado a este “Maestrito””. Así realmente nació el apodo.
Días después, el peruano debutó con triunfo junto a Maradona, con un 4 a 2 ante Argentino Juniors en la mítica Bombonera. Pero fue ese apelativo, asegura, el que respaldó su carrera: “Fue como una visa de residencia a Estados Unidos por veinte años”.
La selección
Hoy Perú es la prioridad de Solano. Desde hace casi un año es asistente técnico de la selección, bajo el mando de Ricardo Gareca. Y a horas de la quinta fecha de las eliminatorias al Mundial, “Ñol” se mantiene optimista. “Sabemos que nosotros la tenemos difícil, pero hay que intentarlo hasta que se pueda”.
Paralelamente, el “Maestrito” adquiere experiencia para cumplir su gran sueño: “Quiero dirigir en la Premier League. Sé que no es fácil, pero hay que crear el camino. Quisiera tener el éxito de Pep Guardiola o José Mourinho”.