Brasil es un país que también produce vino. Más de 350 millones de litros de vino se elaboran cada año. En la otra vereda se comercializaron en el país 12 millones de litros de espumosos, de los cuales 7 millones provenían de bodegueros locales.

Entre esas etiquetas están las burbujas, por el calor, la temperatura es alta, así que el vino más movido es el conocido Prosecco, una burbuja chispeante, frutal y con una acidez refrescante. Más de 475 bodegas se dedican a su producción. Los expertos lo ovacionamos y aplaudimos.

Brasil es un país de dimensiones continentales, la gran producción de vino se concentra en un solo estado, Rio Grande do Sul, pero en los últimos años se ha visto un marcado crecimiento en otras áreas geográficas como Santa Catarina, São Paulo (con dos vendimias al año), Minas Gerais, Pernambuco-Bahía y Paraná.

Llamado la Europa Brasileña, Rio Grande do Sul, se localiza en el extremo sur del País, y tiene como vecinos a Uruguay, al sur, y Argentina al oeste. Es Serra Gaúcha la zona más importante dentro de esta región, siendo la primera en obtener la denominación de origen.

Sus 18 municipios forman la más grande región vitivinícola del país. Un clima templado subtropical de veranos suaves y secos. Suelos arcillo-calcáreos, ácidos, con buen drenaje y ricos en potasio.

La cabernet sauvignon es la variedad que cubre la mayor área de viñedo, siguiendo la Merlot, el Moscato branco y la Chardonnay.

En el período 2012 según la OIV, los brasileños consumieron 3.7 millones de hectolitros, el 1.5% del consumo mundial. Se consume vino más que nunca y ahora están deseosos por aprender.

El mercado del vino en Brasil mueve US$ 165 millones en consumo de vino nacional y extranjero. Es un gigante.

En los últimos años, junto con el desarrollo vitivinícola, han aparecido nuevos órganos y entidades oficiales que han contribuido decisivamente con el desarrollo del vino brasileño, así como en su reconocimiento nacional e internacional.

La ABE (Asociación Brasileña de Enología) se fundó en 1976 con el objetivo de impulsar la cultura vitivinícola brasileña, también es la entidad promotora del evento nacional más importante en el calendario vitivinícola anual: la Evaluación Nacional de Vinos. Críticos, periodistas, enólogos, enófilos y sumilleres participan en este evento evaluando la calidad de la cosecha año tras año.

Vinos e hinchas
La Copa del Mundo tuvo un vino oficial elegido por la FIFA, el brasileño “Faces”, producido con 11 cepas, la misma cantidad que los jugadores de cada equipo en la cancha, explican sus creadores.

Al margen del Mundial, se seleccionaron variedades de uvas que “puedan componer un equipo equilibrado y expresivo, para presentar el vino de Brasil”.
Rio Grande do Sul fue el estado elegido para la selección de cepas porque esta región representa un 90% de la producción brasileña de vino. Ahí están plantadas las variedades más representativas.

La bodega Lidia Carraro creó tres vinos: un blanco, un rosado y un tinto, que expresan “la diversidad, el relajamiento, la alegría de los brasileños”, subrayó Mello.

Merlot y Cabernet Sauvignon son “los atacantes”, los primeros vinos a ser identificados por su aroma. Teroldego, Touriga (cepa brasileña), Tempranillo y Pinot Noir son los “medio campistas” y desempeñan un papel importante en el perfume con notas de ciruela, violeta, chocolate y frambuesa.

Luego vienen Tannat, Nebbiolo, Alicante y Ancellotta, que “integran la defensa” y dan la estructura al conjunto. Y finalmente el Malbec “en el arco” da el toque final al paladar, apunta.

“Faces”, con una producción de 600,000 botellas, ya es comercializado en las Américas, Europa y Asia.

El vino en Sudamérica sigue creciendo, bebamos lo nuestro, el Mundial está en vendimia.