¿Qué hay que hacer para conseguir ese look apto para ir a una reunión a primera hora de la mañana y tomarse algo a última hora del día sin tener que cambiarse de ropa? Lo fundamental, como apunta Carlos Castillo, propietario de la tienda Man1924, es que “después de una larga jornada de trabajo deben primar el confort y la comodidad”.

La versatilidad de las prendas será la clave para conseguir un estilismo que no desentone dentro ni fuera de la oficina. Combinar un blazer con un pantalón de otro color es una buena opción, ya que permitirá otorgar mayor protagonismo a la camisa en las horas venideras. Por eso se debe optar por un modelo que, cuando deje de ocultarse tras el escudo protector de la chaqueta, pueda brillar por sí mismo. Pero, “nunca debe quitarse en un restaurante”, señala Castillo.

El calzado también puede ayudar a dar cierta relajación a la imagen sin restar elegancia. “Hoy en día llevar unas deportivas o un zapato lo pide el estado de ánimo o lo casual que se quiera ir. En muy pocos sitios exigen un zapato para entrar, aunque siempre hay que guardar la compostura y no abusar de la falta de protocolo”, defiende.

En cuanto a los tonos, los días estivales permiten contar con una paleta más atrevida, pero los colores neutros resultarán más fáciles de combinar. “El azul marino, el beis, el blanco o el caqui son un acierto”, explica el experto. Fulares, pañuelos para el bolsillo de la chaqueta y gafas de sol ayudarán a mejorar el resultado. Si se atreve con más, siempre puede remangarse el pantalón. La premisa es, una vez más, combinar elementos clásicos con otros más modernos.

Diario Expansión de España
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