Al calor de la Expo, la ciudad vive un efervescente renacer arquitectónico, cultural y de tendencias. Si quiere saber qué se lleva, la capital lombarda es el sitio en Europa.
Roma tiene sus peregrinos y Milán, los suyos. La religión del peregrino milanés no es otra que cumplir las normas que manda la santa madre tendencia. Las tablas de Corso Como pueden ser tan exigentes o más que las de Moisés y lo peor es que cambian al ritmo endemoniado que anhelaba Marineti. De un año para otro, mutan.
A la vuelta de su periplo, el peregrino romano, si ha sido afortunado, responderá afirmativamente a la pregunta de rigor. “Bueno, ¿y qué?, ¿visteis al Papa saludar desde el balcón?”. El milanés mostrará sus triunfos en forma de inéditos objetos de deseo, ungido con ese toque avant-garde que revalidará su condición de sumo sacerdote entre sus propios feligreses, los trendsetters.
La meca de todo aquel que desea marcar tendencia y estar a la última es hoy el Bar Luce, recién abierto en la sede de la Fundación Prada, baluarte del nuevo Milán. Diseñado por el director de cine norteamericano Wes Anderson, su atmósfera no tiene desperdicio y constituye un viaje a la Italia de los años 50 y 60.
[Castello Sforzesco.]
Un simple tuit, una fotito en Instagram desde aquí le hará quedar como el tipo más cool del barrio. Mientras miro fascinada a esta fauna estilosa pienso en la enfermedad de moda: FOMO, acrónimo inglés de una expresión que se podría llamar “miedo a no estar a la última” (fear of missing out).
Junto a estas criaturas observo los torsos desnudos de la sensacional serie de discóbolos que conforman la primera exposición temporal que acoge la Fundación impulsada por Miuccia Prada. Mármoles esculpidos hace más de 2.000 años. Las paredes de cristal del soberbio edificio firmado por Rem Koolhaas hacen posible la fusión de estos dos mundos, las esculturas clásicas y los tipos de barbas hípster y faldas hasta los tobillos cubiertos con calcetines rojos o púrpura.
Ciudad de contrastes, que aglutina lo clásico y lo que está por llegar, lo profano y lo sagrado, que junta el señorío con unas gotas de creativa transgresión, la capital lombarda se ha convertido en el sitio donde hay que estar, the place to be. La Exposición Universal, ese gran festín de seis meses dedicado a la comida y la alimentación, está sirviendo para algo más que albergar la mayor kermesse de la Historia y plantear nuevos desarrollos urbanos.
[Teatro Scala Milano.]
“La Expo nos está ayudando a dar a conocer Milán como ciudad con mucho que ofrecer, a no limitarnos a ser percibidos como un destino principalmente de negocios, lo que sucedía hasta hace un par de años”. Gorka Bergareche, al frente del exclusivo hotel Park Hyatt, habla con conocimiento de causa. Ni una suite libre en su espléndido albergo, pero tampoco demasiadas corbatas. Ni una silla vacía en esta fantástica terraza donde, según la influyente revista Monocle, se sirve el mejor sándwich club del mundo. Y yo añadiría que parte de su atractivo es poder disfrutarlo mirando la soberbia Galleria Vittorio Emanuele II, paradigma del refinamiento burgués de la ciudad.
Momento Milán.
Uno de los factores clave para entender el momento Milán es todos a una que vive la ciudad para que su dinamismo no se quede solo en algo que sucede en un nuevo recinto de edificios futuristas a las afueras. Esta galería comercial puede visitarse andando sobre sus tejados, hasta el próximo 1 de noviembre, cuando termina la Expo. Curiosa vista sobre la ciudad. La vecina Scala, templo de la lírica, ofrece por primavera vez en su historia actuaciones de forma ininterrumpida: 130 espectáculos en seis meses.
Al apabullante programa cultural y a los tesoros permanentes de la ciudad se unen los espacios inaugurados en los últimos meses: la citada Fundación Prada, el Mudec (Museo de las Culturas del Mundo) y el Silos/Armani, nuevo cuartel general de la firma. “La oferta cultural y gastronómica se complementa con su buena reputación como destino de shopping de alto nivel y con excursiones cercanas a los lagos”, añade Bergareche. El sector hotelero también está a la altura. El Park Hyatt y el Bulgari se han renovado para la ocasión y lucen nuevos espacios. Acaba de debutar el Gallia Excelsior y el Mandarin lo hará de forma inminente.
[La puerta Garibaldi.]
El reino de Milán es tan de este mundo que no está mal empezar a explorarlo desde el otro para tener una primera impresión de lo que se cuece. Aunque uno se sienta un poco como Quasimodo, merece la pena subirse a los tejados del Duomo, recorrerlos despacio y ver la ciudad desde las alturas para una primera toma de contacto.
Esa mezcla de edificios anodinos y soberbios, esa solidez industrial de las urbes del norte de Italia, se cuela entre el bosque de pináculos que habitan las cubiertas de la catedral. Si uno agudiza la vista hacia el oeste puede ver el germen de CityLife, las grúas de los futuros rascacielos firmados por Zaha Hadid, Daniel Libeskind e Irata Isozaki. Desde estos pináculos también se divisa el otro polo innovador de la ciudad: Porta Nuova. Este nuevo skyline, uno de los desarrollos urbanos más importantes de Europa, recuerda ligeramente a Doha.
Curiosamente, ha terminado en manos de los potentes inversores qataríes. En esta ciudad que crece también destaca el Bosco Verticale, considerado uno de los edificios en altura más bellos e innovadores del mundo. Un rascacielos que ha aportado a la ciudad 800 árboles y 14.000 plantas que asoman desde sus terrazas.
[Galería Vittorio Emanuele II.]
Desde las alturas se divisa el futuro, pero se aprecia también el particular ambiente de esas terrazas donde tomar el célebre aperitivo milanés. La última planta de los almacenes La Rinascente acoge un espacio que merece la pena disfrutar. Son muchos los lugares al aire libre donde tomar un negroni, un spritz o un martini. Y no todos muy evidentes. “Mi Milán se esconde al visitante, su encanto no es tan manifiesto como en Roma o Florencia. Hay que saber buscar sus rincones”, explica la periodista Sara Magro. Gran conocedora de su ciudad natal, fundadora de la revista digital thetravelnews.it .
“Hay mucha energía, es como un momento mágico, los milaneses nos sentimos por fin muy orgullosos de nuestra ciudad”, continúa. Con las certeras indicaciones de Magro salto a otras terrazas y jardines ocultas. Ceresio, 7. Inmejorables vistas con piscina trendy incluida; la azotea de la Trienale; los rincones bajo los árboles del encantador hotel Magna Pars, en el distrito Tortona, el corazón del made in Italy . “Muchos viajeros que acuden a Milán solo esperan ver el Duomo y las tiendas caras. Cómo disfruto cuando descubren sus atractivos inesperados”, concluye Barbara Rohner, la directora del Magna Pars. Tal vez, sea eso. El encanto de lo inesperado.
[Ubicación de los 20 imprescindibles de Milán.]
Veinte esenciales.
1. Duomo. Recorrer sus tejados ofrece soberbias vistas de la ciudad. Piazza del Duomo. www.duomomilano.it
2. Castello Sforzesco. El Museo de la otrora castillo de los Sforza gira en torno a la Pietà Rondanini de Miguel Ángel y la reapertura de la Sala delle Asse de Leonardo. Piazza Castello. www.milanocastello.it
3. La Scala. El templo de la lírica se suma a la Expo con 130 espectáculos. Via Fillodrammatici, 2. www.teatroallascala.org
4. Fundación Prada. Nuevo icono cultural en una vieja destilería del que se espera revitalice la zona industrial de Ripammonti. Largo Isarco, 2. www.fondazioneprada.org
5. Bar Luce. Diseñado por el cineasta Wes Anderson, el café de la Fundación Prada es meca hípster de Europa. Largo Isarco, 2. www.fondazioneprada.org/barluce
6. Eataly. Fenómeno gastronómico que mezcla lo cool y lo sano. Piazza XXV Aprile, 10. www.eataly.com
7. 10 Corso Como. Templo de tendencias de la galerista Carla Sozzani. Corso Como, 10. www.10corsocomo.com
8. Armani Silos. La firma inaugura cuarteles, con museo y centro de I+D. Via Bergognone, 40. www.armanisilos.com
9. Mudec. David Chipperfield es el autor del Museo de las Culturas, en Tortona, corazón del diseño italiano. Via Tortona, 56. www.mudec.it
10. Porta Nuova. Barrio de líneas futuristas entre la Estación Central y la Puerta Garibaldi. www.porta-nuova.com
11. Triennale. Sede del Museo del Diseño, presenta una muestra de la historia de la comida. Via Emilio Alemagna, 6. www.triennale.org .
12. Galería Vittorio Emanuele II. Una de las galerías comerciales más bellas del mundo. Piazza Duomo.
13. Ceresio 7. Templo cool de la firma DSquared2. Su terraza, un must. Ceresio, 7. www.ceresio7.com
14. La Rinascente. Desde 1865 estos almacenes son símbolo de elegancia. Piazza del Duomo. www.rinascente.it
15. Il Quadrilatero. El espacio entre las calles Manzoni, Montenapoleone, Spiga y S. Andrea que concentra todas las boutiques de lujo.
16. Magna Pars. Hotel boutique en uno de los polos creativos de Milán. Via Forcella, 6. www.magnapars-suitesmilano.it
17. Hangar Bicocca. Uno de los centro de arte experimental de Italia. Via Chiese, 2. www.hangarbicocca.org
18. Mercado Metropolitano. Los viejos almacenes de ferrocarril de Porta Genova son destino para el street food. Via Valenza, 2. www.mercatometropolitano.it
19. Dársena. Territorio hípster con terracitas, ropa vintage y clubes trendy.
20. Excelsior. Obra de Jean Nouvel, esta tienda suma diseño y espacio gastro .Galleria del Corso, 4. www.excelsiormilano.com
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