Ingresó al mundo de la música a los 20 años. Desde entonces, ya no distingue si al ir a un concierto está disfrutando o trabajando.
Eduardo Ponce, gerente general de Sony Music Perú, confiesa su afición por el fútbol y todo tipo de contenido que gire alrededor de la Edad Media. “Fanático”. Así se define a sí mismo cuando habla sobre estos temas.
¿Qué le hizo volver al Perú tras vivir un tiempo en Colombia?
Tener la oportunidad de criar a mi hijo con sus primos y sus abuelos. Lo pensamos con mi esposa y decidimos regresar.
¿Cuál es la diferencia de vivir en estos dos países?
La diferencia fundamental, al menos para mí, era que allá vivíamos muy cerca de mi trabajo. Me habían asignado un carro, el cual se lo di a mi esposa porque yo me iba caminando.
¿Y ahora cómo es un día habitual aquí?
Arranco con mucho sufrimiento porque vivo en La Molina. Me demoro casi una hora y media para llegar. Primero dejo a mis hijos en el colegio y luego enrumbo hacia la oficina. Así que llego a trabajar alrededor de las 8:30 a.m.
Es un tramo bastante largo…
Sí, lo es, pero veo esa hora y pico que la paso manejando como tiempo para estar conmigo mismo. Es un privilegio.
¿Trabaja solo en horas de oficina o fuera de ellas también?
Es una pregunta tramposa. Vivo en el mundo del entretenimiento entonces, si voy a un bar con mi esposa y suena una canción que no conozco o estoy frente a un artista nuevo, me va a interesar saber. Sobre todo si la gente reacciona favorablemente.
¿Esto puede hacer que no disfrute de un espectáculo?
Llevo tantos años disfrutando de esa manera. Mi oficio se basa en el entretenimiento, en donde mientras la gente se vacila, yo estoy ‘chambeando’. La línea que separa una cosa de la otra es delgada.
¿Es adicto al trabajo?
Toda respuesta que dé va a estar equivocada. Yo diría que no, no estoy seguro de si mi esposa diría lo mismo. No creo que sea adicto al trabajo, pero sí le doy mucha importancia.
¿Cómo es la interacción con su equipo de trabajo?
Laboro con muchos de ellos desde hace varios años. Creo que interactuamos tanto que nos superconocemos. Además este negocio en particular requiere de mucha interacción entre nosotros.
¿Considera que la música puede llegar a saturar?
No. Hay canciones que pueden saturar, pero la música como concepto, no. Cuando un tema te llega a cansar, pues dejas de escucharlo y listo.
¿Le ha pasado alguna vez?
Sí, alguna vez con una canción en particular, pero jamás sabrás el nombre (ríe). Hay algunas canciones de las que por la repetición dices: “¡Por Dios!, ¡paren!”.
¿Qué es la música para usted?
Considero que es una catalizadora de las emociones. Creo también que la música sirve, ayuda y es utilitaria.
¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre?
Jugar fútbol. Mi pasión es eso. Mi edad, mi peso, mis rodillas, cada vez me ponen más freno, pero ese es mi vacilón. También soy fan de todo contenido que gire alrededor de la Edad Media.
¿Cómo emplea su tiempo para jugar?
Cuando estoy sano, sin lesiones, tres veces por semana, como mínimo. Hay otras en las que juego cuatro veces: con mis amigos del colegio, los papás de la escuela de mis hijos y con los exalumnos también de mi colegio en campeonatos.
¿Hincha de qué equipo es?
De Alianza Lima y tengo muchísima afinidad con el Barcelona. Si no digo eso, mis hijos se molestan. Ellos sí son fanáticos.